Australia se dirige, sin remedio, si ya no lo es, hacia una dictadura absoluta de tipo orwelliana. Y los ejemplos para afirmarlo son muchos, veamos algunos:
- El gobierno aprobó un proyecto de ley (en 24 horas) con el que otorga a la Policía Federal Australiana (AFP) y a la Comisión Australiana de Inteligencia Criminal (ACIC) tres nuevos poderes para hacer frente a los delitos en línea:
- Orden de interrupción de datos: le da a la policía la capacidad de “interrumpir los datos” modificándolos, copiándolos, agregándolos o eliminándolos.
- Autorización de actividad de red: permite a la policía recopilar información de los dispositivos o redes que utilizan, o es probable que utilicen, quienes están sujetos a la orden.
- Orden de toma de posesión de cuenta: permite a la policía tomar el control de una cuenta en línea (por ejemplo, redes sociales) con el fin de recopilar información para una investigación.
En otras palabras, con esta ley tendrán el poder de modificar, agregar, copiar o eliminar sus datos en caso de que se convierta en sospechoso en la investigación de un delito grave. Y lo peor de todo es que lo podrán hacer sin una autorización judicial.
Otro ejemplo claro de esto, es un video que circulaba ayer en las redes sociales donde un hombre de 31 años está en el suelo, esposado por no llevar mascarilla (en un parque, al aire libre) mientras suplica a la Policía que le dejen recoger a su hija pequeña que deambula sola y asustada por los alrededores. En un momento dado y cuando el padre continuaba implorando a la Policía que le dejaran ocuparse de su hija, esta acudió a él y se sentó encima de sus piernas como para protegerlo de los policías.
También, está el caso de la Primer Ministro del estado de Queensland, Annastacia Palaszczuk, quien está construyendo campos de concentración para encerrar a los contagiados en un lugar en el que puedan pasar sus “cuarentenas” o, la Primer Ministro de Nueva Gales del Sur, quien en un acto de “magnanimidad” autorizó que a las familias completamente vacunadas tengan una hora más de “recreo” al aire libre. Esta misma ministra, de Nueva Gales del Sur, admitió abiertamente en una conferencia de prensa que, aunque haya cero casos de Covid y con 80% de vacunados, las restricciones al trabajo y el movimiento no terminarán nunca.
¿Nada de todo esto te parece suficientemente grave como para hablar de dictadura?
No hay problema, hay más, siempre hay más. Por ejemplo, podemos ver un video donde la policía australiana arranca, literalmente, a una niña de los brazos de su padre para inocularla a la fuerza, dejando más que claro que los hijos ya no pertenecen a los padres, son del Estado y es el Estado quien decide que corresponde y que no corresponde.
¿Es Australia un banco de pruebas para lo que se viene a nivel global? Es probable, muy probable. Y si uno quiere pensar que Australia queda demasiado lejos como para preocuparse, solo tiene que pensar que sus hijos estarán en manos de sujetos con el coeficiente intelectual de Hugo Ramírez, el más acérrimo defensor de estas medidas dictatoriales en nuestro valle. Pero eso si, no te olvides que ellos lo hacen para cuidar tu salud.