viernes, 22 noviembre, 2024

Un gobierno inmerecido

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Si cada pueblo o nación tiene el gobierno que merece según Joseph Marie de Maistre, el Paraguay es un claro ejemplo. Mal que nos pese, tenemos el gobierno que merecemos.

Aunque mucho tiempo después, André Malraux modificó la célebre frase de su compatriota de esta manera: «No es que los pueblos tengan los gobiernos que merecen, sino que la gente tiene los gobernantes que se le parecen». Peor todavía para nuestro caso.

Esto me hace acordar que una vez dije al aire en uno de mis programas de radio que la ciudad de Asunción cada día se parecía más a su intendente, textualmente: «El rostro de nuestra ciudad capital se parece cada vez más a la cara de la intendente: ¡horrible!»
Qué desubicado, verdad que sí.

Ya que estamos mirándonos al espejo, lean bien esto: «Si hay un idiota en el poder es porque quienes lo eligieron están bien representados» UUhhh!! Lo dijo Mahatma Gahndi. Esto es muy cierto damas y caballeros del foro, nada que agregar.

Resulta que por comodidad o estupidez, la gente acepta los hechos consumados, como el resultado de las elecciones por ejemplo, no podemos saber a ciencia cierta cuantos idiotas se la creen o cuantos tibios no se la creen pero lo aceptan para continuar con el trajín de sus insulsas vidas.

¿Alguien duda que el asno Abdo es un idiota? Ni siquiera los mismos idiotas a quienes representa dudan de esto. La idiotez paraguayística quedó demostrada, entre otras cosas, por supuesto, con la vacunación masiva.

Así y todo, no fue Marito el que ganó el show electoral sino Efraín, por 30.000 votos aproximadamente, trampa hubo en ambos bandos, por eso son la misma mierda de distinto color. Pero fue el embajador, el gay friendly Lee Mc Faggett, el que decidió con su único voto que fuera el turco estúpido el presi. Acaso no se acuerdan que fue a visitarlo y felicitarlo antes que termine el show y que Drácula Bestard respaldó el acto faltando todavía por contar, ¡Inaudito! ¡Only in Paraway!

¿No les llamó la atención todo esto? ¡Aún no se había bajado el telón! Esta es la prueba de lo que les estoy diciendo; ¡Efraín ganó! ¡Idiotas!

Ahora, por qué el embajador del mal eligió la mierda colorada en vez de la azul dorada habrá que preguntárselo ¿te das cuenta?

Si partimos de la base que cada pueblo tiene el gobierno que merece, he visto que en el Paraguay hubo uno que no mereció por que se distinguió de los que tuvo antes y de los que tuvo después y ni qué decir del que tiene actualmente. Se destaca entre todos por lo bueno que fue si hacemos las comparaciones pertinentes dentro del contexto político, económico y social sin entrar en lo sexual que parece ser uno de los pocos «argumentos» que esbozan los que no están de acuerdo.

Si digo que el gobierno de Alfredo Stroessner fue bueno, muy bueno en su época dorada, no estoy diciendo que el General era bueno o malo, eso no es de mi incumbencia y tampoco hace al fondo del análisis, solo para los que carecen de argumentos como los detractores de siempre.

Tampoco justifico los pecados del régimen sobre los cuales no se cansan de repetir y exagerar desde el advenimiento de la «democracia», pero que tire la primera piedra aquél que esté libre de pecado y esto no lo dijo Calé eh.

No obstante, referirse al gobierno inmerecido como «la dictadura», término que siempre repiten los «demócratas», es categóricamente erróneo. La Dictadura es una institución republicana, de la República Romana para ser exactos, cuyo legado aún se aplica en las ciencias jurídicas.

Ahora bien, pasado los seis meses, la dictadura fenece y deja de ser, pero si el dictador no entrega el poder, en este caso absoluto, se convierte en tirano y enemigo de su pueblo. Pero no siempre es así, Alberd dijo que el tirano es puesto o sostenido por los tiranizados. Eso me pareció muy cierto conforme iba conociendo cubanos en Miami. Claro, eran los anti-castristas, como los anti-stronistas de hoy, pero todos más papistas que el papa.

Bueno, Stroessner decía que su gobierno era democrático, no lo era, ¿y? ¿Desde cuándo nos volvimos todos putos como los griegos? «El pueblo me vota» decía el General», agregaba: «No muevo un dedo para ser re-electo».

Había una Constitución, y a decir verdad, podando algunas cositas me gustaba más esa que la que tenemos actualmente» ¡Pero no se respetaba!» Seguro gritarían las niñas antistronistas, a lo que yo les contestaría: «Entonces nada ha cambiado desde que tenemos otra».

Tampoco los votos se cuentan hoy día, se tiran, le llaman basura electoral por que el código dice que el voto no es el voto si no el acta, las cuales, son manipuladas por los miembros de mesa de los tres partidos políticos más importantes guau; una aberración, así las cosas, creo que en tiempos del Rubio el conteo era más fidedigno.

Sucedió que en esta era «democrática» no tuvimos tres presidentes que hubieran sido legítimos. ¿Cómo es eso? ¿Por qué? Porque les hicieron trampa, mucha trampa; ¡estúpido!
Lilo, Lino y Laíno debieron sentarse en el sillón de López cada uno en su tiempo. Luis María Argaña, Lino Cesar Oviedo y Domingo Isabelino Laíno fueron los tres presidentes que el Paraguay no tuvo. ¡¡Democracia las pelotas!! ¡Idiotas!

Cualquier cosa es lo que hay. Entonces tenemos lo que merecemos pero el gobierno de Stroessner no lo merecíamos aunque lo tuvimos, fue una bendición para el Paraguay y no una maldición como se quiere hacer ver por los «demócratas».

A ver, ¿desde cuándo el pueblo es bueno porque es pobre? Esta falacia la introdujeron los curas, cuervos negros llenos de inmundicia bajo sus sotanas. Estos son en gran parte responsables del por qué este pueblo no es bueno.

Hasta Israel fue tildado por su propio Dios como pueblo de dura cervis, loco y contradictor.

El paraguayo no es un pueblo de buenitos precisamente. Dicho esto, Stroessner aró con los bueyes que tuvo, que aun siendo malos les hizo hacer bien las cosas, esa fue una de sus grandes habilidades que diferencia a esa época. Hoy nadie puede hacerlo, principalmente porque carecen de pedigree y por sobre todo de autoridad, algo que al General le sobraba.

¿Acaso el lamentable, vergonzoso y humillante espectáculo que presenta el centro de Asunción no es prueba suficiente de lo que escribo? Y para muestra vale solo un botón ya que hay todo un traje para escribir sobre lo venido a menos que está este país gracias a la «democracia» y los «demócratas».

Y el papel más repugnante le corresponde a la prensa maldita, que desde que cayó Stroessner se pasó «legitimando» toda esta bolaterapia que hoy llega a su nivel más bajo: ¡Rameras asquerosas que venden a su patria y traicionan a su raza por un salario de sus proxenetas!

Humberto Rubín, opositor guau del Rubio, dijo que estaba todo bien con los perros en esa época porque siempre comían a horario y era todo muy tranquilo, pero que el perro como tal a veces tenía la necesidad de ladrar pero estaba prohibido.

Y digo yo, entrando nuevamente en el contexto de nuestro texto de siempre; «Rebelión en la Granja», ¿A qué le ibas a ladrar o mejor dicho contra qué te ibas a manifestar? Si la trincha de pan costaba 3 guaraníes, el pasaje 7 y el tranvía 5, además la moneda era tan fuerte que el dólar se mantuvo a 126 guaraníes durante una generación. Cuando eso, te agasajaban con una coca cola en cualquier ciudad del interior y te decían «a buen tiempo» invitándote a compartir la mesa, pero si querías aperitar primero y acompañar la comida con la gaseosa después, whiskey escocés había en los hogares del campo aunque los eyaculadores precoces no lo crean.

Hasta aquí voy a llegar por hoy chiques, esto es apenas un aperitivo, muy rico, pero no voy a tirar toda la carne al asador porque busco contrario, los anti stronistas son muy pererí y monotemáticos, carecen de argumentos, si no es la vida sexual del General son los pecados del régimen, como si fuera que del 89 en adelante no los hubo porque «estamos en democracia». ¡Que se vayan a la puta!.

¿Y quién soy yo para desafiar a un debate? No estoy en ningún medio. No obstante, donde sea que vaya, en cualquier lugar de la capital o interior me reconocen, incluso me honran como a un padrino, entonces, cualquiera no soy. No porque no esté en algún medio no existo, al contrario, eso me honra aún más en la situación actual y que la gente igual me siga reconociendo como si estuviera en pantalla las 24 horas del día los 7 días de la semana cuando que a la mayoría ni les conocen cuando andan por la calle, me consta.

Soy el único en Paraguay que como figura pública defiende con argumentos el gobierno de Stroessner, eso de por sí ya es algo aunque yo no fuera nadie. Y cuando encuentre contendor que valga la pena, voy a poner más carne al asador, por en cuanto estos chorizitos con mandioca y sopa paraguaya está bien.

Pero he aquí algo que dijo Jim Garrison, el fiscal que osó cuestionar la Historia Oficial del asesinato de John F. Kennedy: «A pesar de la corriente en contra, un hombre con la verdad, se convierte en mayoría»

¡VACUNENSÉ!

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