Señoras y señores, ladies and gentleman, kuimba´e ha kuñakuera…
Es para mí un honor (dolor) presentarles un gran regalo para este bendito Paraguay, es algo maravilloso, brilla por donde se lo mire, es radiante y destila aroma de azahares, tiene una forma perfecta que a todos los habitantes de esta tierra e incluso los de afuera, miran expectantes su aceptación, si, ¡los de afuera! esos extranjeros de la oscura agenda globalista, estos siempre tienen regalos/recetas para todos los países que hacen bien la tarea; este presente no es un caballo, ni nosotros somos Troya, ni tampoco una caja que no se pueda abrir; es nada más y nada menos que una Ley, con 44 artículos, esta misma que tiene por objeto prevenir, sancionar, erradicar la violencia política contra mis congéneres, es un bebé en gestación a punto de salir con fuerza de ley.
La matriz de este bebé tiene un grupo interesado en promover leyes para debilitar las instituciones, disfrazar de buenas intenciones y legislar en guetos, o mejor dicho en pequeñas tribus de ciudadanos que se sientan identificados en esos grupos, y así se logrará dividir cada vez más a una población como la nuestra. Ejemplo de eso a la mujer por el solo hecho de haber nacido femenina el discurso de la bravía izquierda debe convencerle en ese discurso que pretende instalar el odio hacia el varón, el absurdo de que el que mira, piropea, expresa un halago es un potencial violador/asesino, o que el sexo es una construcción social, o más bien el aborto es un derecho sobre el cuerpo de la mujer, puedo extender todavía más dichas premisas que no tienen base científica ni moral en una sociedad, pero ¿Qué pasa si la mujer no tiene esos ideales? Es tildada de machista, de adoctrinada o burra, como me han dicho en varias oportunidades, y aún así no me amilanan en mi defensa por los valores de esta Nación.
Llamarle bebé en gestación es delicado, produce ternura y provoca en mí (como madre) la mayor esperanza que puede tener una persona, la ¡Vida! Y no es así, es todo lo contrario, estaremos pariendo un monstruo para nuestra sociedad, con hedor nauseabundo, el camino para cercenar la libertad de expresión y el principio de igualdad están siendo terriblemente amenazados.
La política, entendiendo en forma sencilla y según el diccionario de la RAE: Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos. Asuntos públicos atañen a todos los ciudadanos de una República, o sea con este proyecto de Ley estaremos dando superpoderes a quienes ya están en la política a las senadoras por mencionar tres de las propulsoras: Lilian Samaniego, Esperanza Martinez, Desiree Masi, la vida política para ellas estarán garantizadas para que ningún ciudadano ose en mencionarles alguna palabra que dañe su reputación, o pueda deteriorar su autoestima de alguna manera (Art. 12 inc e) del mencionado proyecto de ley, serán consideradas como reprochables y deberá ser imputado.
Mujeres de todos los partidos políticos, de todas las organizaciones civiles e instituciones públicas, ellas están haciendo lobby para la aprobación del proyecto, quiero creer que están siendo engañadas, quiero dudar y pensar que están siendo exageradamente optimistas, sin embargo la evidencia en el día a día dice lo contrario, hoy hay un ministerio para la mujer, hay un lugar que brinda servicios de salud, asesoramientos, etc. denominado ciudad Mujer, hay oficinas de género en la mayoría de las instituciones públicas. Definitivamente se instaló una desigualdad artificial privilegiando a un sector y discriminando implícitamente a otro.
Estamos ante un avance sin freno a lo que muchos intelectuales llaman el Marxismo cultural, al totalitarismo, al comunismo donde las libertades son socavadas, donde rige el pensamiento único e igualitario y nos consideran a todos como ovejas de un mismo rebaño, nos quieren acallar a través de leyes que llevan a someternos a procesos judiciales inacabables, nos quieren infundir miedo en un país libre, donde nos levantamos gracias a gente trabajadora.
Estos grupos están atacando al valor más preciado del ser humano, se basan en falacias oscurantistas de otras épocas de la historia (machismo/patriarcado/enemigo), quieren usar de bandera a las mujeres por el sólo hecho de su condición natural, e introducen la palabra género para incluir a quien se perciba así.
Paraguay no necesita este adefesio jurídico, nuestra nación hoy necesita dejarle en libertad a hombres y mujeres para que se dediquen en las actividades que así lo consideran, ya no más leyes donde se discrimine o se privilegie a un sector, es hora de aprender a convivir en una sociedad donde las mujeres también somos hijas, nietas, amigas, hermanas, compañeras, abuelas de varones, comprender que somos madres de futuras generaciones y que tenemos las mismas capacidades para desempeñarnos en la vida social como cualquier otro ser humano, aprender también que nos llevan a aceptar dogmas para rendir culto al fanatismo olvidando por completo la lógica, la verdad, el razonamiento.