martes, 05 noviembre, 2024

Gasto público y centralismo

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Un pensamiento sobre el gasto en rubros como educación y salud, los cuales están entre los más cuantiosos del presupuesto nacional, pero que no se condicen con la realidad efectiva, siendo ésta paupérrima y atrasada, es que no está en la cantidad o dejar la canilla abierta de par en par, sino en la calidad del gasto público, se debería hacer una radiografía de la ejecución en esas áreas y saber en qué va el dinero (corrupción), su rendimiento (carrera con salida laboral, eternización estudiantil, máquinas/infraestructura)  y ejecutar como debe ser, antes de dar más dinero, cosa que de hacer falta debe hacerse, pero 1° se debe hacer ese análisis y proponer soluciones sustentables a largo plazo.

La educación, a más de la discutida clasificación de derecho, es por sobre todo un bien económico y una necesidad social progresiva; estudiar no es un fin en sí mismo, es un medio para obtener una mejor calidad de vida, uno quiere capitalizar el conocimiento que va obtener en benéfico propio inmediato y la sociedad pretende avanzar en las comodidades y beneficios consecuencia de ese conocimiento, ya sea en higiene u obtener contadores o psicólogos, o sea ejercer una profesión liberal abstracta destinada a una sociedad en un grado relativo de desarrollo y civilización, que haga que se pueda vivir sin cazar cada día para comer o buscar leña, y poder intercambiar bienes y servicios por un elemento abstracto universal como el dinero para el mayor acceso de todos sus miembros, en un proceso natural y  continuado, adaptado a cada realidad, ejemplo, no es necesario, ni rentable, por no tener mercado, una discoteca en una comunidad rural sin acceso a agua potable, como tampoco ser físico nuclear allí; por ende de poco sirven carreras mediocres o sin mercado laboral para solamente ostentar un título sin valor alguno en una realidad cada vez más pobre pero empapelado con las apariencias, apariencias que se deben pagar y sí se pagan, ya sea directamente, donde se trata de sacar el máximo provecho y posterior rentabilidad o indirectamente por ser una necesidad cuyo costo la sociedad asume y paga, lo que sí deben ser es útiles y rentables para que cumplan un objetivo.

Por lo cual sería interesante abordar el tema educativo, desde una perspectiva de practicidad y potencialidad, en lo relativo a profesiones y tecnicaturas, hacer un estudio nacional y regional, averiguar que oficios, en qué nivel, con qué inversión, se necesitan y donde, donde puede explotarse mejor y que abarque a más personas, con facilidad cooperativa; cuales son las necesidades previas, cuáles serán útiles en el futuro, cuáles pueden incentivar la inversión extranjera, con cuales competimos internacionalmente, cuáles pueden elevar determinadas áreas, y a estas exonerar de gastos e incluso incentivarlas; las carreras con pleno rendimiento en el mercado que no tengan privilegios y en base a la competencia y la calidad obtengan becas

Porque, ¿cuánta gente habrá crecido luchando por una educación mejor?, de la cual nunca pudo beneficiarse, pero seguimos perpetuando esa misma forma de encarar los problemas, reaccionando, esperando que nos den lo que es nuestro o creyendo poder tomarlo por la fuerza, acá hacen falta visiones a largo y mediano plazo y preparación personal responsable; grandes de nuestros exponentes fueron autodidactas con apenas libros y voluntad, en base a los ideales pero aplicados a mi realidad, a mi comunidad, no esperando un cambio radical, eso solo pasa en la antesala del caos, sino uno resultado del trabajo diario; porque, como uno se educa día a día,  así se forma la realidad que queremos, construyendo, ni pidiendo ni por violencia, construyendo, día a día, esforzándonos siempre por mejorar.

Cheques Educacionales para familias de bajos ingresos y descentralización.

Hace unos días mi Papá, en una conversación, me contó de una idea que me pareció bastante interesante, la de los cheques educacionales o vouchers como él les llamaba, en la intención de encontrar alternativas para mejorar la educación en Paraguay; dado que en la Constitución Nacional reza que, se garantizará la educación integral, y si bien me parece adecuado que la educación sea pública, veo ventajas en que no se limite, el rol del estado, a esperanzar con soluciones de una educación pública de calidad, además teniendo en cuenta que también está en la constitución lo de fomentar programas  a más de fondos, ayudas y becas, me parece buen terreno para darle oportunidad a los particulares, destacando que sería más fácil en un gobierno descentralizado.

Siendo así, luego de Investigar, caí en la cuenta de que el sistema del vouchers para la educación pública es una gran propuesta que está revolucionando las escuelas y universidades y ya se aplica en muchos países.

Consiste en una reforma al sistema de financiamiento a las escuelas y universidades. Tradicionalmente, el gobierno manda los dineros a las escuelas para solventar los gastos que genera educar a los estudiantes. Cada año el gobierno determina la cantidad de recursos que usarán las instituciones del gobierno. Con esos recursos se paga a los profesores, administrativos, funcionarios, investigadores y para equipar los laboratorios, la biblioteca, etc. En otras palabras, el sistema actual de financiamiento radica en que el gobierno manda los recursos a la oferta, a las instituciones. Lo hace así para que las escuelas no le cobren a los alumnos, es lo que se llama “educación gratuita”.

Obviamente, el sistema de educación pública está fallando, especialmente fuera de las áreas ricas. En otras palabras, el fracaso del sistema afecta principalmente a los niños en hogares de bajos ingresos y perpetúa la pobreza generacional. El sistema de subsidio a la oferta ha provocado un divorcio entre universidad/escuelas y sociedad. La educación universitaria/escolar no responde a las necesidades de las empresas, ni del comercio ni de los servicios. En otras palabras, es un sistema obsoleto, oneroso y atrasado.

Esto es notorio desde mi época de estudiante donde a cada año se esperaban las protestas con las consecuencias para los alumnos a los que el tiempo hizo grandes, muchas veces sin poder aprovechar la educación por falta de clases. Esto apoya la creación de vales para la educación, o al menos cuentas de ahorro para la educación, que beneficiarán a los hogares de bajos ingresos.

La idea es que los recursos con que funciona una universidad o escuela entren por la mano del estudiante, no del gobierno. El gobierno le daría, cada mes, un voucher al alumno, para que él, con su propia mano, pague en la escuela de su preferencia. Los bonos de educación alentarían a los proveedores privados para proveer sus servicios cerca de las zonas de bajos ingresos o hacerse cargo de escuelas públicas deficientes.

Pero, ¿qué son exactamente los bonos de educación? Estas son asignaciones de fondos del gobierno para un estudiante en una escuela o universidad elegida por el estudiante o sus padres. En otras palabras, estos cheques o cupones funcionan como una beca del gobierno, basada en el derecho constitucional de cada niño a acceder a una educación de calidad.

Este marco proporcionaría un medio consistente para evaluar financieramente las necesidades de los estudiantes en ciertas áreas, de modo que se pueda lograr un nivel más alto de educación “mínima”. En otras palabras se podría saber a la larga cuánto cuesta una educación de calidad, por el control que se efectuaría  del programa por sus respectivas autoridades departamentales, tanto en enfoques, agrario, industrial, ciencias básicas, artes, como por su área geográfica en el país.

Se podrían desarrollar herramientas y sistemas para que la sociedad civil y los padres puedan responsabilizar a las escuelas y universidades de los resultados. La libertad de elección escolar para la clase trabajadora y los padres pobres sería algo bueno porque los involucraría más en la educación de sus hijos.

Darles la libertad de enviar a sus hijos a otra escuela si lo desean es esencial, no solo para reforzar el espíritu de responsabilidad (los padres saben lo que necesitan sus hijos), sino también para darles a la gente de bajos ingresos un sentido de libertad y dignidad y hacen que la educación sea un proyecto de vida de la comunidad toda.

Pero para esto es fundamental la descentralización, para uno, no depender del desembolso de un ente centralista, que acarrea demoras y otros dramas, como dos, para la forma de selección de los beneficiarios, en este caso cada departamento va a poder ser el lugar donde se decida lo que es mejor para sus habitantes, sin la necesidad de ir a capital a por respuestas y poder efectivamente colaborar con las autoridades locales a fin de  desarrollarnos.

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