Desde pequeños nos enseñaron el respeto a Dios, a la Patria y la familia, como también a la naturaleza.
Paraguay, un país generoso en todo sentido, un país donde vivir libremente es simple, todo y cuando el respeto a los demás sea aplicado.
En el hogar, el respeto a nuestros padres es Ley, y las reglas de la casa aplican nuestras madres, aunque muchos en la sociedad no lo ven así. En la naturaleza existen leyes, varias leyes, como también exigen leyes en cada hogar en el Paraguay y son dos: 1ra) No se discuten las reglas puestas en la casa y la 2da.) En casa respetamos a mamá y a papá.
En toda familia tradicional Paraguaya, las reglas de la casa se cumplían al pie de la letra, sino mamá se encargaba de corregirnos cuando las cosas iban mal y posterior a esto nos acusaba con papá que también tomaba postura al volver del trabajo sano y salvo cuando concluía sus tareas laborales. En aquellos tiempos no vivíamos bajo amenazas ni corríamos el riesgo de estar en alerta ante una amenaza de secuestro, un asalto en la vía pública o un salón comercial.
No teníamos necesidad de pagar rescate o ir a buscar a nuestros seres queridos a buscarlo de una morgue judicial. El respeto por la autoridad de nuestros padres, era razón suficiente para cumplir las leyes de la casa y para con la sociedad. .
Hoy tenemos una sociedad INSOLENTE con muchos, una comunidad descortés con la humanidad, con Dios y con la Patria.
Estamos en una época donde la competencia social y ecológica es acentuada, las personas entre sí luchan por un ambiente más sano, por alimentos “más saludables”, por acceder al agua potable, doblemente purificada y con minerales, donde el costo es cada vez más difícil y para una cierta parte de la sociedad que disponen de la economía suficiente para el buen consumo.
Curiosamente nos insertan ideas “Identidad de Géneros” “Lenguaje Inclusivo” “El Cambio Climático y la Agenda 2030”, como también fundando una agenda “Derechos Humanos“ desconociendo qué todos los humanos llegamos a este planeta azul con todos los derechos , deberes y garantías constitucionales en una República Democrática.
Demás está decir que el consumismo impuesto por las grandes corporaciones hacen una sostenibilidad socio ambiental un tanto más adecuada a la realidad, pero desconocemos qué lo más importante es la calidad del aire que respiramos… Estamos en un siglo en el que lo único GRATIS aún por consumir son las aguas de nuestros ríos, el aire que respiramos, los frutos de los bosques y La Paz interior que cada uno puede generarse.
Un Paraguay INSOLENTE
Ante tanta adversidad de las instituciones encargadas de velar por un mejor presupuesto público para mejorar el ambiente, la protección de ello bosques, la fauna, los pueblos originarios, la identidad cultural, el arraigo ancestral, la lengua y cultura guaraní va desapareciendo a causa de la tímida acción del gobierno que permite la invasión silenciosa de grandes propietarios, prepotentes ellos y que, si bien tienen una “Licencia Ambiental“ muchas veces es una licencia para matar… Una insolente licencia que te habilita a delinquir contra el ambiente y la sociedad permisiva en este bendito territorio regado por aguas caudalosas de los grandes ríos que conforman la cuenca del Plata… tristemente desconocida por muchos adorados por todos .