Excepto que el “equipamientos tecnológico” sea auténtica réplica de la estación de control de la NASA y sus operadores sean iguales o mejores que quienes actúan en la base espacial de Cabo Cañaveral y/o Houston quizás se justifique la suma que el país arriesga invertir.
La semana pasada, el secretario de Estado dijo a los periodistas acreditados en el Palacio de gobierno que los pandilleros uniformados del norte pueden ser vencidos pero que para eso es necesario invertir en tecnologías que demandan emplear 130 millones de dólares.
Esa suma, comparativamente, es suficiente para que la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) modernice las redes eléctricas, como lo viene haciendo en su primera parte, como informa a los usuarios en un folleto entregado casa por casa y que se publica en este artículo.
La ANDE con esa plata está reemplazando, en la primera etapa, dos mil kilómetros de líneas; 3.700 transformadores; 30.000 postes de hormigón, etc.
La tecnología es cara, es verdad. Pero 130 millones de dólares para instalar un sistema tecnológico en la zona roja es de poner en dudas la declaración del ministro.
Las comparaciones son odiosas, también es verdad, pero en este caso contextualiza la intención de adquirir los equipos que según secretario de Estado cuentan 130 millones de dólares:
El Centro de Altos Rendimientos del Club Olimpia, a punto de culminar, según informes periodísticos, cuesta US$ 3.000.000. Solo a manera de comparación pero para darnos cuenta de la magnitud del gasto.