Una de las promesas más recurrentes de la clase política en lo que refiere al sur del país, es el famoso y tan anunciado Gran Hospital del Sur, más que una posibilidad real una zanahoria que no dejamos de seguir.
Esta historia, según mi investigación me mostró, comienza allá por el 2014, que según el portal del Ministerio de Salud, iniciaba con una visita a Itapúa, y cito: El Ministro de Salud Pública y Bienestar Social, Dr. Antonio Barrios Fernández, visitó la Gobernación de Itapúa en la fecha para conversar sobre el proyecto de construcción del Gran Hospital del Sur. También añade: ”El gran deseo del Señor Presidente Cartes es que el Hospital sea una realidad…”. Deseo que compartimos todos lo que vivimos en esta zona país, pero que no paso de un espejismo, que a la fecha sigue atrayendo a todo un departamento, más aun en un contexto pandémico donde tan bien nos hubiese venido.
Pasamos al 2016, donde, según el portal de noticias Paraguay.com: “Noviembre 16. El titular de la cartera sanitaria presentó ante el Equipo Económico del Gobierno Nacional el proyecto para la construcción del futuro Gran Hospital del Sur, el cual tuvo total apoyo y ahora se pasará a trabajar con el Ministerio de Hacienda para buscar una fuente de financiación.”
En octubre del 2018 el portal de la gobernación de Itapúa nos cuenta: Por su parte, el Doctor Julio Borba, expresó: “Hemos asumido con las autoridades locales, el compromiso total que tenemos en conjunto con el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social con el Gobierno Nacional, de la proyección y construcción del nuevo Hospital del Sur. No queremos perder demasiado tiempo, esto a más tardar en dos años tiene que estar ya”. Continuando al 2019 donde en mismo portal destaca: «En lo que respecta a Itapúa, 80 millones de dólares serán para la construcción del Gran Hospital del Sur. El Gobernador de Itapúa Abg. Juan Alberto Schmalko, destaco la importancia de contar con la aprobación del Congreso y de esta manera empezar a dar cumplimiento a una promesa de campaña hecha con el Presidente de la República don Mario Abdo Benítez en el departamento.”
Para no hacer larga la historia a la fecha de agosto del 2021, aún se encuentra en la pisque sureña como un anhelado sueño, uno muy distante de la realidad y una promesa política rentable, que siguen utilizando para alimentar las esperanzas de una zona golpeada, tanto sanitaria como económicamente por este virus; que, a más de sufrir la indignidad de tener que rogar por medicamentos, insumos o subsidios a un gobierno central, por décadas indiferente, que los trata como ciudadanos de segunda, pasando por alto que fueron sus campos y cosechas los que salvaron la economía en su momento más tétrico; siguen teniendo que cargar a cuestas gran parte del presupuesto de salud nacional.
Algunas de sus empresas, como la Cooperativa Colonias Unidas, que aporta unos 17.000.000.000 de gs al año a IPS, se encuentran con la realidad que en Colonias Unidas el IPS cuenta solo con un hospital con asistencia básica. O la empresa Frutika que aportando unos 3.000.000.000 de gs, al año en IPS, ni siquiera cuenta con un doctor.
Esto duele pero duele más la falta de memoria de la gente que, encima de dejarse engañar por la misma mentira una y otra vez (si me engañas una vez es tu culpa si me engañas dos veces es mía), no puede siquiera defender iniciativas legisladas y probadas como la descentralización sanitaria, esto con la ley 1032/69 que crea el sistema Nacional de Salud y el decreto 19.966/98 que reglamenta dicha descentralización, con un periodo de 2000 a 2012 donde se implementó de forma efectiva y venturosa.
Venturosa según cuenta el testimonio del Informativo de la salud. Año 6 Nº21, abril/2008 y cito: “La descentralización es un proceso de cambio positivo para nuestro país. Luis Viedma Vigo. Gobernador De Itapúa.” ”Este instrumento (el acuerdo consensuado) constituirá la piedra angular de la descentralización sanitaria local. Oscar Martínez Doldán. Ministro de Salud Pública.” Cerrando con: “La descentralización retomó su marcha. Un Total de 43 municipios de 9 departamentos administran localmente sus recursos de salud luego de que el ministerio de Salud Pública, finalmente, accedieran a firmar y renovar acuerdos de descentralización sanitaria…”
Dos modelos, uno olvidado, y sepultado al asumir el gobierno de Fernando Lugo, luego de probar ser útil y efectivo, sin mencionar fomentar el desarrollo local y la autonomía; y el otro, un eterno sueño, que como tal al despertar desaparece, y se olvida, para volver a soñarlo una y otra vez, en una fantasía más que irreal.