Un nuevo estudio afirma tener pruebas de que los científicos chinos crearon COVID-19 en un laboratorio y luego intentaron aplicar ingeniería inversa a versiones del virus para que pareciera que evolucionó naturalmente a partir de murciélagos.
El profesor británico Angus Dalgleish y el científico noruego Dr. Birger Sørensen escribieron que han tenido evidencia primaria «de retroingeniería en China» desde el año pasado, pero fueron ignorados por los académicos y las principales revistas médicas, informó The Daily Mail el sábado, citando el estudio por publicar.
El estudio concluye: «la probabilidad de que sea el resultado de procesos naturales es muy pequeña». El virus sigue matando a 12.000 personas al día en todo el mundo.
Dalgleish es un profesor de oncología de Londres conocido por su trabajo innovador en una vacuna para el VIH. Sørensen es virólogo y presidente de la compañía farmacéutica Immunor, que desarrolló una candidata a vacuna contra el coronavirus llamada Biovacc-19. Dalgleish también tiene una participación financiera en esa empresa.
Fue durante su investigación de la vacuna COVID-19 que la pareja encontró «huellas digitales únicas» que indicaban que el virus no provenía de la naturaleza, dijeron. La pista reveladora: un hallazgo raro en el virus portador de COVID de una fila de cuatro aminoácidos, que emiten una carga positiva y se unen a células humanas negativas.
«Las leyes de la física significan que no se pueden tener cuatro aminoácidos cargados positivamente seguidos», dijo Dalgleish al Daily Mail. «La única forma de conseguirlo es si lo fabrica artificialmente».
También rastrearon investigaciones chinas publicadas, algunas realizadas en colaboración con universidades estadounidenses, para mostrar cómo supuestamente se construyeron las herramientas para crear el virus. Una buena parte del trabajo revisado involucró la investigación de «ganancia de función», que involucra la manipulación de virus naturales en un laboratorio para hacerlos más infecciosos, lo que permite a los científicos estudiar su efecto potencial en los humanos.
Estados Unidos impuso una moratoria a dicha investigación en 2014. Pero es imposible saber si la financiación de 600.000 dólares para la investigación médica en China se utilizó para obtener una investigación funcional, dijo el Dr. Anthony Fauci al Congreso la semana pasada.
«Se esperaría que una pandemia de virus natural mute gradualmente y se vuelva más infecciosa pero menos patógena, que es lo que muchos esperaban con la pandemia de COVID-19, pero que no parece haber sucedido», escribieron los científicos.