Un grupo conformado por 76 personalidades francesas, entre las que se destacan políticos, periodistas, científicos, escritores y artistas, publicó una carta en el diario Le Figaro sobre el conflicto actual entre israelíes y palestinos, en el que aseguró que “Hamás no tiene como objetivo la creación de un Estado para el pueblo árabe de Palestina, sino la destrucción del Estado judío”.
Bajo el título “los que amenazan a Israel también nos amenazan a nosotros”, el grupo manifestó su solidaridad con el pueblo israelí tras los ataques de la organización terrorista Hamas en su territorio y llamó a luchar contra el islamismo en todas sus formas, tanto en Israel como en Francia.
A continuación, la carta traducida al español por el periodista Alejo Schapire:
“Hamás no tiene como objetivo la creación de un Estado para el pueblo árabe de Palestina, sino la destrucción del Estado judío.
Frente a esta agresión, la mayor parte de la cobertura mediática parece surrealista. Algunos periodistas, es cierto, se atreven a hablar de “atentados de los islamistas de Hamás”, pero la mayoría sigue refiriéndose a los beligerantes como si fueran equivalentes, mientras que otros evocan que se trata de una enésima provocación israelí (conflicto de tipo inmobiliario en Jerusalén Este o la supuesta invasión de la mezquita de al-Aqsa, por ejemplo) que hizo estallar el polvorín, a pesar de que es bien sabido que el stock de cohetes (financiados en particular por los patrocinadores iraníes de Hamás) y los túneles ya existían desde hace tiempo.
En cuanto a ciertos partidos políticos de Francia, su afán por defender a Hamás confirma su deriva islamo-izquierdista a pesar de sus blandos desmentidos. En cambio, cuatrocientos mil muertos en Siria y todas las víctimas del terrorismo islamista en Oriente Medio, Pakistán, Afganistán o África no conmueven a estos indignados.
Al enfrentarse a la figura avanzada del islamismo en Gaza, Israel está contribuyendo a la derrota de un totalitarismo islámico que también hace estragos en nuestro territorio.
Los intentos de excusar o justificar la violencia islamista como consecuencia de la justa ira de los humillados, los “robados” y los oprimidos son infundados y engañosos. Porque la “causa palestina” no es ni ha sido nunca la causa de un Tercer Mundo desesperado económica o políticamente. La infelicidad árabe es real, pero su causa se encuentra en el corazón de las potencias árabes y no en Israel. La infelicidad palestina es real, pero la razón de esta infelicidad es Hamás y no Israel.
Mientras los europeos no integren la cosmología islamista en su lectura del espacio musulmán y del mundo árabe, no entenderán lo que realmente está en juego. El pensamiento mortal de la cofradía de los Hermanos Musulmaneq, de la que Hamás es una encarnación, lo vemos en funcionamiento en Francia y en Europa, así como en el norte de África y en el Sahel. Es la misma ideología que armó el brazo del asesino de Samuel Paty, como fanatizó a Kobili Traoré que masacró a Sarah Halimi porque era judía, es decir, un engendro de Satanás en la fantasía islamista.
En la presente confrontación, Israel está en su derecho. Independientemente de los errores que algunos quieran achacar a sus dirigentes, Israel tiene derecho a existir y a perseverar en su ser. Y aquí está luchando contra su agresor. Todavía hoy lucha por defender su territorio y su población (judía y árabe, ambas alcanzadas por cohetes).
Pero eso no es todo lo que hace Israel. Al enfrentarse a la forma avanzada del islamismo en Gaza, Israel está contribuyendo a la derrota de un totalitarismo islámico que también hace estragos en nuestro territorio. No hace falta ser un gran experto para entender esto y para comprender que, más allá de lo que se está jugando en Oriente Medio, es probablemente nuestro futuro, aquí mismo en Francia y en Europa, el que también está en juego.
¡Afirmemos nuestra solidaridad con el pueblo israelí!”