Poco antes de las ocho de la tarde se declaró un incendio de grandes dimensiones en la sacristía de la iglesia de Saint-Pierre-Saint-Paul, en el barrio de Wazemmes de Lille. El fuego se extendió rápidamente a parte del tejado. Más de 60 bomberos lucharon durante casi 3 horas para salvar el edificio.
Los bomberos acabaron rápidamente con el fuego en la sacristía, pero las llamas y el humo pasaron a los tejados, incluido el principal que da a la nave central. Se inició entonces una carrera contrarreloj para evitar un episodio como el de Notre Dame de París.
Junto al incendio, acompañando al padre Pierre Samain, se personó Mons. Ulrich, arzobispo de Lille. «Los bomberos nos han dicho que el fuego parece haberse iniciado en la sacristía, declaró Monseñor Ulrich. Es un golpe duro para los feligreses, pero también para todos los habitantes del barrio de Wazemmes, que están muy unidos a esta iglesia.”
Por la tarde, el edificio había acogido una ceremonia fúnebre y le iglesia se cerró con normalidad. El alcalde Michel Lalande anunció que se llevaría a cabo una investigación para verificar todas las pistas. Poco antes de las 11 de la noche el fuego se dio por extinguido sin que los desperfectos sufridos sean irreparables.
En los últimos tres años, alrededor de 2.000 templos en Francia han sufrido algún tipo de atentado, por lo que sería imposible descartar que este nuevo incendio sea intencional.