martes, 05 noviembre, 2024

¿De qué morimos en Paraguay?

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Datos oficiales del Ministerio de Salud Pública revelan que durante los 365 días del 2020 fallecieron 6.750 personas a raíz de problemas del sistema circulatorio, principalmente infarto, insuficiencia cardiaca, arritmias, etc.

Al momento de redactarse este artículo y en los últimos 420 días murieron 5.900 personas de covid-19, es decir el 87% de los que expiraron por problemas coronarios y en un período 115% mayor. Menos muertos, en mas tiempo.

Sin embargo la opinión pública fue inducida a consternarse, afligirse y sufrir exclusivamente por el covid y como que los fallecidos por problemas cardiacos no interesaron ni interesan al punto que las políticas del gobierno se han relajado en esos otros frentes de la sanidad nacional.

Por citar un solo ejemplo, el IPS dejó de suministrar medicamentos a enfermos con riesgo de muerte por problemas coronarios y muchas otras enfermedades porque como consecuencia de una estrategia comunicacional diseñada en el exterior, la orden que debe cumplirse es que prevalezca -sin competencias- la preocupación pública por la pandemia.

La estadística oficial revela que mas de 14 mil personas murieron en el 2020 a raíz de las tres principales causas de mortalidad: problemas del corazón, cáncer y diabetes pero tales fallecimientos se minimizaron y ningunearon a raíz de políticas comunicacionales bien diseñadas a las que con cobardía y espíritu de traición se plegaron los medios principales de prensa, renunciando a su rol de repreguntar, cotejar e investigar para llegar a la verdad.

DEBIO LLORARSE EL DIA DEL PERIODISTA

El lunes último debió haberse llorado y no celebrado el “Día del Periodista”. Si la razón de ser del periodismo, su esencia es suministrar a la sociedad, al ciudadano información feraz, completa, oportuna para orientar sus decisiones y hacer valer sus derechos, ese principio ha sido prostituido.

No me declaro negacionista de que estamos ante una ola de contagios que no estamos logrando contener pero a la sociedad paraguaya se le ha negado el derecho a una información amplia del contexto general de la salud pública.

Aquí se ha pervertido el buen sentido de las cosas. Grupos de poder instalados en el exterior han tomado el control del comportamiento de nuestra sociedad, usando técnicas de persuasión o de sugestión, manipulando la información, ocultando datos valiosos claramente con el propósito de inducir conductas.

Se ha infundido miedo, pánico en torno a una sola fuente de ataques mortales para eliminar la capacidad de pensamiento crítico. Para ello se ha recurrido al embaucador esfuerzo de un amplio sector del periodismo que ha venido actuando con perversas tácticas de comunicación a fin de subvertir con medias verdades y ocultamientos, el control de las personas sobre su propio pensamiento, comportamiento, decisiones.

Desde la mañana hasta el cierre de las ediciones de programas, se mantiene una enorme presión informativa de afinado negativismo a fin de torcer las emociones de la gente. En estos días se publicó que según datos de la Organización Panamericana de la Salud, Paraguay ocupa el cuarto lugar en la región con mayor número de personas con depresión.

La información habla de más de 332 mil seres deprimidos fundamentalmente como consecuencia del aislamiento, la falta de contactos entre seres queridos, en un tiempo en el que se ha penalizado el abrazo fortalecedor entre parientes y se ha circunscripto la congregación de creyentes a una minoría , justamente cuando el hecho de reunirse para estar en comunión con el Creador tiene un efecto sanador incomparable.

Y este es un dato asustador porque cualquier tratado sobre salud al alcance del público advierte que la depresión puede ser un precursor de enfermedades graves y crónicas como diabetes tipo 2, problemas cardiacos, colesterol, hipertensión.

Los siquiatras y sicólogos advierten además que la depresión a largo plazo también puede dar lugar a pensamientos suicidas e incluso el suicidio.

Es decir, los datos oficiales sobre las principales causas de muertes en el Paraguay, nos ubican ante la necesidad de evaluar y recomponer el plan de información sobre salud pública, recurriendo a datos estadísticos veraces para entender las grandes amenazas a la salud pública sin desvalorizar ninguna, sin manipulaciones perversas.

Necesitamos tomar conciencia real de la situación que enfrentamos sin ser esclavos de planes diabólicos diseñados por otros y que penosamente se cumplen como si fuéramos meros esclavos de propósitos que incluyen la anulación de nuestra inteligencia, patriotismo y sabiduría.

Fuente: rcc.com.py

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