Aquello que inició como un legítimo y entendible reclamo ciudadano fue, una vez más, prostituido por la izquierda. Incapaz de acceder al poder por vía democrática elige el mecanismo con el cual se siente más cómoda, la violencia.
Un golpe de estado es, por definición, la toma del poder político de un modo repentino por parte de un grupo de poder de forma ilegal, violenta o a la fuerza.
“Tenemos que prepararnos y conocer cuántos vehículos y cuántas personas vendrán desde el lunes hasta la definición para poder organizarnos. Aquí se les garantizará alimentos para la movilización”, manifestó el senador Sixto Pereira (Frente Guasú – Tekojoja) en un audio difundido a través de Whatsapp. En el mismo audio, el senador agregó que (el lunes 22 de marzo) se cerraran las rutas en todos los puntos estratégicos y, en una clara amenaza a quienes no se sumen a sus planes, avisó que «no se tolerará” a camioneros que “no se plieguen a la movilización”.
La idea de la alianza del Frente Guasú – Tekojoja es quebrar el orden institucional impuesto por la Constitución Nacional e instaurar un «Junta Cívica» a cargo del poder ejecutivo y, en caso de hacerse del poder, relacionar a nuestro país con lo más rancio de la izquierda mundial: “Hemos propuesto establecer una cooperación directa con China, Rusia y Cuba para enfrentar la ola de contagios”, señalaba Tekojaja en un comunicado emitido el 06 de marzo.