Las olas migratorias hacia Europa se presentan como el mayor desafío para ese continente, y no depende si estas olas migratorias sean por razones laborales o de asilo, como se han dado en los últimos años.
Esta situación de inmigración descontrolada provocará, inevitablemente, una recesión económica, una carga impositiva desmedida sobre los contribuyentes y colaborará en la detonación de la “Bomba Demográfica” que se vislumbra. El envejecimiento de la población europea y el aumento en la natalidad de los inmigrantes africanos y musulmanes hará que, más temprano que tarde, Europa pierda su condición de cultura “Occidental”.
Además de la inmigración descontrolada, la falta de adaptación cultural de quienes llegan al continente provoca, entre otras cuestiones, un alarmante aumento de la criminalidad. Los inmigrantes musulmanes, por ejemplo, pretenden dan el mismo trato que en sus países a la mujeres. Ellos aspiran que las mujeres europeas se sometan a sus arcaicos mandatos culturales, donde no son más que un objeto al servicio del hombre. La negativa de éstas, genera un aumento alarmante en la violencia y en los casos de violación.
Aunque suene “xenófobo” de acuerdo a los ridículos cánones actuales de corrección política, la gran mayoría de los inmigrantes que llegan a Europa se comportan inmoralmente desde el punto de vista de los valores occidentales.
El problema musulmán
Uno de los libros más vendidos en la Francia actual es el del periodista político francés Eric Zemmour, quien describe el debilitamiento del estado – nación francés provocado por la ola de inmigración.
Este autor afirma, también, que la dirigencia política francesa (aunque es aplicable al 90 % de los dirigentes europeos) inmolaron la soberanía en todos los terrenos sociales (incluso el familiar) con la permisividad en la entrada de inmigrantes y con las concesiones posteriores.
Entre los grupos que más preocupan a los europeos, está el de los inmigrantes musulmanes y el de los hijos europeos de esa inmigración musulmana porque, sintiéndose «discriminados” en Europa, viajan a los países árabes con la intención de alistarse en los diferentes “frentes islámicos”, instruirse en las “artes terroristas” y regresar a sus países a “defender” su fe y su estilo de vida musulmán.
Otro autor, Samuel Huntington, politólogo y profesor de Ciencias Políticas en el Eaton College y Director del Instituto John M. Olin de Estudios Estratégicos de la Universidad de Harvard aseveró que: “Las Guerras del siglo XXI se deberán al choque de las civilizaciones” y Europa no es ajena a esta situación, es más, es la protagonista debido a su posición geográfica y a su pasividad.
El efecto “llamada” que produce la inacción de los gobiernos europeos hará que en un período módico de tiempo sean decenas de millones los africanos y los musulmanes que lleguen al continente y cuando esto pase, será demasiado tarde para Europa, ya que será imposible reorganizar la sociedad en un modelo de convivencia entre dos culturas tan distintas.