Parece ser que el cambio climático o la pandemia del coronavirus han quedado atrás para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como supuestas urgencias globales. Y es que, en palabras de su secretario general, António Guterres, el «supremacismo blanco» se ha convertido en la nueva «amenaza transnacional».
Según aseguró Guterres en la inauguración del nuevo periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos, «el supremacismo blanco y los movimientos neonazis son más que amenazas terroristas nacional» al convertirse en «la primera amenaza a nivel de seguridad interna en varios países».
Guterres afirmó esta supuesta nueva amenaza global es «seria y creciente» y pidió «una acción coordinada a nivel mundial para superar este grave y creciente peligro». En alusión velada a los líderes políticos de carácter identitario u opuestos a la globalización, «estos grupos de odio son alentados de una manera que se consideraba inimaginable no hace mucho».
Como era de esperar, el secretario general de la ONU no tuvo ninguna palabra sobre el genocidio que sufren millones de cristianos por todo el mundo, los impunes asesinatos organizados de miles de granjeros blancos en África del Sur o la brutal persecución personal y colectiva contra aquellas personas que se atreven a discrepar del discurso dominante.