Año a año asistimos imperturbables a las marchas que se llevan adelante por el 8M; las mismas, teóricamente buscan conseguir derechos y respeto para las mujeres pero, ¿es esto real?, no, definitivamente no. Ver un grupo de encapuchadas nos llevan a preguntarnos si el objetivo de la marcha era pedir igualdad de derechos para mujeres y hombres o simplemente sustituir a su supuesto opresor actual, ya que nadie que esté convencido que su causa es legítima, marcharía con el rostro tapado.
En la última marcha la ciudadanía pudo ver como las manifestantes solo se dedicaron a realizar pintadas en el espacio público, a violentar a quienes no comparten su ideología y a alentar consignas que rozan la apología del delito y, como si eso fuera poco, pedir la liberación de asesinas confesas como el caso de Raquel Mereles quien fuera detenida luego de confesar que asesinó a su novio de quince puñaladas.
Luego, cuando son detenidas, rápidamente gritan “misoginia, represión y patriarcado”, como si esas “palabras mágicas” pudieran exceptuarlas del cumplimiento de la ley, dejando en claro que nunca buscaron igualdad, quieren privilegios y no solo privilegios de carácter social, sino que buscan obtener bandera blanca para la comisión de toda clase de delitos incluyendo, obviamente, el derecho a solucionar sus irresponsabilidades a través del aborto.
Es momento de actuar, este movimiento feminista solo busca arrastrar a una sociedad a sus propias contradicciones. El 8M, originalmente era para conmemorar la muerte de 129 trabajadoras quemadas en la fábrica “Cotton” tras declararse en huelga para exigir mejoras laborales, que incluían poder amamantar a sus hijos. Pretender promover el aborto en esa fecha contradice e irrespeta la memoria de esas valientes mujeres que lucharon por sus derechos.
Estamos frente a la más poderosa campaña del marxismo cultural, su ingeniería social intenta operar en la conciencia colectiva a través de una supuesta (e inexistente) supremacía moral, buscando así neutralizar las críticas que obviamente se pueden hacer al movimiento, calificado a quien no piensa como ellas hasta de nazi. Se autodenominan militantes de la tolerancia y la diversidad, pero no toleran la diversidad de pensamiento.
Si hoy el feminismo fuese solo la creencia de que hombres y mujeres deberían tener igualdad de oportunidades, todos estaríamos de acuerdo. De hecho, alguien se preguntó ¿Por qué la mayoría de nosotros estamos a favor de la igualdad de oportunidades y su vez en contra del feminismo? Porque el feminismo moderno no busca igualdad, busca desplegar y naturalizar una serie de perversiones tales como la ideología de género y la pedofilia; aclaro, creo en el disfrute sexual en la variante que cada uno elija, siempre que se trate de dos adultos y reciban el consentimiento uno del otro. Muchos pensarán que quien esto escribe exagera al mencionar la pedofilia como uno de los objetivos del feminismo, pero, esperen y verán, el tiempo es el mejor autor.
Por último, quisiera dejar aclarado un punto: estoy siempre a favor del derecho a la libertad de expresión, siempre que antes hayan hecho uso del derecho a la libertad de pensamiento.