¿Le parece
brutal el titulo? Si, tal vez, pero no se alarme, solo se trata del título de
una canción de la banda mexicana “Molotov”, donde relatan algunos de los abusos
que suelen cometer (algunos pocos) integrantes de las fuerzas policiales.
Ayer, todos
nos conmovimos con un humilde chipero que fue asaltado por policías; hoy nos
vimos sorprendidos con una contra declaración del mismo chipero que nos contaba
como todo había sido un sucio ardid pergeñado por su mente criminal.
Ayer, todos nos vimos conmovidos por un hombre asustado y angustiado, con lágrimas en los ojos; hoy nos vimos sorprendidos por un relato claro, preciso y con la seguridad de quien relata que desayunó esa misma mañana. ¿Cómo sucedió este “violento” cambio? Sencillo, los compañeros de los policías denunciados, preocupados el oprobio provocado a la institución, fueron en busca de esa macabra mente criminal y le pidieron, amablemente por supuesto, que diga la verdad, que sus camaradas no habían podido dormir por la angustia provocada. Por suerte, hasta el más feroz de los villanos, en alguna parte, es un ser humano y se conmovió por la salud mental de los policías afectados.
Que la fiscalía interviniente no estuviera al tanto del procedimiento y que las redes sociales de la policía nacional se hayan apurado en “aclarar” la situación es una mera casualidad, ya deje de ser malpensado y enfóquese en su cuarentena, por favor.