Existe un principio hermético grabado en las páginas de “El Kybalion”, de Hermes Trismegisto (El elegido de los dioses), que nos habla acerca del principio de “Causa y Efecto”. En esas páginas, Hermes describe “Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una ley no conocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa de la ley.”
En ese sentido, podemos afirmar que lo sucedido ayer en el transcurso de la fallida sesión, fue el efecto de una causa que se viene reiterando de un tiempo a esta parte. El Senador Paraguayo Cubas, finalmente, obtuvo lo que tanto buscaba, una persona, en este caso el Senador Enrique Riera, reaccionó y le propinó una serie de golpes.
Tal vez, en su fuero interior, el senador Cubas pensaba que nadie tendría el coraje de hacerlo, se equivocó. También, legítimamente, pueda pensar que esta situación lo favorece de acuerdo al plan trazado por él para su carrera política, también se equivoca. Se equivocó pensando que nadie se atrevería y, lo que es peor para él, probablemente otros se atrevan en el futuro ¿Y saben qué?, no lo veo mal; no se puede ir por la vida agraviando a todos a diestra y siniestra, mostrándose uno mismo como la reserva moral de la patria cuando, a todas luces, no es más que un bravucón que logró engañar a algunos incautos que creyeron que realmente quería cambiar las cosas. Como afirmé antes, se equivoca, también, al creer que los sucesos de ayer lo favorecen, de ningún modo eñor senador, ayer nos demostró que se comporta como todos aquellos afectos al bullying, más temprano que tarde, demuestran lo que son, sencillamente unos cobardes.
¿Se puso a pensar que alguna vez que nos íbamos a dar cuenta que su accionar es solo retórica vacía de contenido? ¿Pensó que nunca nos íbamos a dar cuenta que no aporta nada a la legislatura? ¿Creyó, ingenuamente, que nadie iba a notar que detrás de sus gritos desaforados, nunca realiza denuncias en la justicia? Se comportó como un verdadero “macho” con un humilde guardia de seguridad en un sanatorio, lo hizo con varias colegas mujeres suyas, también, con un hombre mayor como el senador Galaverna, ah, pero eso si, cuando un hombre de iguales condiciones a la suya lo enfrentó solo atinó a correr y a escapar de una segura y, tal vez, merecida paliza.
Aprenda senador, relea las primeras líneas de este artículo y reflexione acerca de ellas porque, finalmente, nada ocurre casualmente, todo sucede según la ley.
ND