Ucrania debe de buscar capitular cuanto antes con Rusia para tratar de perder lo menos posible, pues no tiene forma de ganar.
La razón es muy sencilla, el apoyo de Estados Unidos y de la OTAN no es incondicional y mucho menos gratuito. Ucrania en realidad está perdiendo por todos lados, pierde territorio, pierde recursos, pierde ingresos, y sobre todo pierde vidas humanas irremplazables.
Adicionalmente Ucrania cada vez más se entierra ella misma en los colmillos de Estados Unidos que, como máximo depredador y cabeza de la cadena alimenticia en el concierto de las naciones, cobrará con creces la supuesta ayuda en armamento, en logística y en apoyo bélico de toda clase que ahora ofrece a Ucrania.
A estas alturas del desarrollo de la historia, todos sabemos que Estados Unidos no está tratando de defender la democracia en Ucrania, tampoco busca defender los derechos humanos, ni la libertad de expresión, ni la libertad religiosa, ni los derechos de la mujer o de Malala en Ucrania, todas estas banderas fraudulentas que han sido utilizadas por las grandes potencias para invadir y colonizar países militarmente más débiles y menos agresivos y salvajes pero con recursos naturales, materias primas o con importancia geoestratégica.
Por el contrario, la escuela de la historia de la humanidad nos enseña que lo que Estados Unidos estará tratando de lograr “ayudando” a Ucrania, es debilitar y aislar a Rusia, tratar de forzar en Rusia un cambio de régimen, fortalecer al dólar que se ve amenazado ante la posibilidad del establecimiento de una moneda internacional de reserva emitida por Rusia y China con lo cual se derrumbaría el imperio Estadounidense y que fue motivo de la invasión y genocidio en Irak, o aprovecharse de los enormes recursos naturales de Ucrania, colonizándola económicamente, tal como lo hicieron con Cuba, con Filipinas con Guam y otras regiones en donde intervinieron también con su ayuda para sacar a viejos opresores, en suma mantener su predominio mundial debilitando a sus más cercanos rivales Rusia y sobre todo China.
De paso, Estados Unidos logra debilitar también a sus propios socios comerciales como la Unión Europea cuyas economías se ven afectadas con las sanciones impuestas a Rusia.
No omito mencionar que la “ayuda” en armas a Ucrania, en realidad se traduce en un enorme ingreso multimillonario en dólares para los dueños de las compañías norteamericanas fabricantes de armas, que reactiva la economía estadounidense mientras, en contraste, a los ucranianos corresponde sólo arriesgar y ofrecer sus vidas utilizándolas ante un enemigo colosal como es Rusia. Si, por el contrario, Estados Unidos ofreciera el dinero a los ucranianos en lugar de armas para ser aniquilados, podrían alcanzar una cantidad superior a los cuarenta millones de dólares por persona, con lo que asegurarían su bienestar en cualquier parte del mundo.
Así, no hay forma de que Ucrania pueda ganar, si llegara hacerlo y por alguna razón Rusia no reventara el tablero mundial con la utilización de su arsenal nuclear, Ucrania quedaría con una deuda impagable en favor de Estados Unidos, comprometiendo sus recursos naturales, sus rentas, su territorio y su soberanía.
El verdadero enemigo de Ucrania son entonces los Estados Unidos quienes los utilizan como carne de cañón, es común la frase entre analistas cuando dicen que Estados Unidos peleará hasta el último ucraniano, misma que se ha ampliado para decir ahora que Estados Unidos peleará hasta el último europeo. Por ello, Ucrania debe capitular con Rusia lo antes posible y liberarse de la mejor manera de compromisos adquiridos con los Estados Unidos.
Jesús Torres Gómez – Revista Milenio (Mx)