La cultura de la cancelación no se rinde. Esta vez fue el turno de la responsable de la ONG Amnistía Internacional (AI) en Ucrania, Oksana Pokalchuk, quien fue obligada a renunciar a su cargo tras un informe de AI que acusa a las fuerzas armadas ucranianas de poner en peligro a civiles, y que fue muy criticado por el gobierno del presidente Volodimir Zelenski, quien dijo que la ONG excusa al «Estado terrorista” ruso.
«Dimito de Amnistía Internacional en Ucrania”, declaró Pokalchuk en un comunicado publicado en Facebook en el que reprocha que el informe sirvió involuntariamente a «la propaganda rusa».
Horas antes, Amnistía Internacional había indicado que «mantiene plenamente» los resultados de su reporte, según el cual Ucrania pone en peligro la vida de civiles al establecer instalaciones militares en zonas habitadas.
Zelenski afirmó que el grupo justifica los ataques no provocados de Rusia contra Ucrania, a la vez que acusó a Amnistía de equiparar a los agresores con las víctimas.
El ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba, por su parte, aseguró que estaba «indignado” por las acusaciones «injustas” de la ONG. «AI no pretende buscar la verdad y llevarla al mundo, sino crear un falso equilibrio entre un criminal y una víctima, entre un país que está aniquilando a la población civil, ciudades y zonas enteras», dijo Kuleba.