Hace poco un amigo me hizo con toda seriedad una pregunta: «¿Cuál es la gran idea de la vida cristiana?» Estaba interesado en el objetivo general y final de la vida cristiana. Para responder a su pregunta, recaí en la prerrogativa del teólogo y le di un término latino. Le dije: «La gran idea de la vida cristiana es coram Deo. Coram Deo captura la esencia de la vida cristiana, y enfatiza el porqué de nuestra problemática actual.»
Esta frase se refiere literalmente a algo que tiene lugar en presencia de, o ante el rostro de Dios. Vivir el coram Deo es vivir toda la vida en la presencia de Dios, bajo la autoridad de Dios, para la gloria de Dios. Vivir en la presencia de Dios es entender, que hagamos todo lo que estamos haciendo y dondequiera que lo hagamos, actuamos bajo la mirada de Dios. Dios es omnipresente, omnisciente, omnipotente. No hay lugar tan remoto que podamos escapar de su mirada penetrante.
Coram Deo contrarresta todo lo que se enseña en el mundo de hoy. Los medios de entretenimiento presentan constantemente una versión de la vida en la que Dios está totalmente ausente. La visión predominante de la sociedad es que debemos centrarnos en nosotros mismos y hacer lo que creemos que es correcto para nosotros. La popularidad, la fama y la fortuna son las actividades aceptables. Por el contrario, el coram Deo nos recuerda que vivimos para una audiencia de uno: Dios.
Cuando la gracia de Dios empezó a trabajar en mi intelecto y en consecuencia, también en mi alma, durante mis años en el seminario, trajo un despertar doctrinal gradual que me llevó a ir digiriendo mi vida hacia las grandes verdades escriturales que siempre habían estado allí. Verdades que hubiese querido conocer desde el principio de mi acercamiento a las Sagradas Escrituras, sin embargo, la providencia de Dios es perfecta, Dios no llega a tiempo o es puntual como dicen algunos. El decreto de Dios está establecido y ese decreto divino incluye nuestro despertar para amar el estudio de las Escrituras e ir comprendiendo verdades transformadoras que traen un impacto eterno a nuestra alma y nuestra manera de vivir. La integridad se encuentra donde los hombres y las mujeres viven sus vidas en un patrón de consistencia. Es un patrón que funciona de la misma manera básica en la iglesia y fuera de la iglesia. Es una vida abierta ante Dios. Es una vida vivida por principio, no por conveniencia; por humildad, no por desafío. Es una vida vivida bajo la tutela de conciencia que es mantenida cautiva por la Palabra de Dios. Coram Deo… ante el rostro de Dios. Esa es la gran idea.
Junto a esta idea, nuestros otros objetivos y ambiciones se convierten en meras tonterías. El término Coram Deo es parte de la fraseología latina que surgió durante la Reforma Protestante, los reformadores esbozaron varios términos y frases en latín tales como Post Tenebras Lux (después de la oscuridad, luz), Sola Scriptura (solo la Escritura), Sola Gratia (solo por gracia), Sola Fide (solo por fe), Solus Christus (solo Cristo), Soli Deo Gloria (solo a Dios la gloria), Simul Iustus Et Peccator (pecador y justo al mismo tiempo), Ecclesia Semper Reformanda Est (la Iglesia siempre reformándose), Ordus Salutis (el orden de la salvación) entre otras.
Coram Deo son palabras que forman parte de ese conjunto de frases hermosas de las cuales estoy muy enamorado (no más que de Cristo, valga la aclaración). Coram deriva del latín cora («pupila del ojo») y significa «en persona», «cara a cara», «en presencia de uno», «ante los propios ojos», «en presencia de», «delante de». Deo, en latín, es Dios. Coram Deo, literalmente se refiere a algo que se lleva en la presencia de, o ante la presencia de Dios, es estar de cara o ante la faz de Dios. Coram Deo, es cuando la razón y el corazón están conscientes de la existencia y presencia de Dios, en donde quiera que estemos y en lo que sea que hagamos. Vivir toda la vida Coram Deo, es vivir una vida de integridad. Es una vida de integridad que encuentra su unidad y coherencia en la majestad de Dios. Una vida fragmentada es una vida de desintegración. Está marcado por la incoherencia, la desarmonía, la confusión, el conflicto, la contradicción y el caos.
Aquí, quisiera enlazar con la pregunta de Jane Clayson, a la hija del Pator Billy Grahan, Anne Grahan, en una entrevista que le hicieron en el programa estadounidense Early Show hace unos años, y que aquí emplazo desde -DeadState-. Durante la entrevista, le hacen la siguiente pregunta: ¿Cómo puede permitir Dios tanto sufrimiento en el mundo, la destrucción de las Torres Gemelas, los ataques terroristas, los tiroteos en las escuelas, los huracanes, los movimientos sísmicos y los terremotos ocurran?.
A lo cual, la hija de Billy Grahan, responde:
«Al igual que nosotros, creo que Dios está profundamente triste por estos sucesos, pero durante años hemos estado diciéndole a Dios que salga de nuestras escuelas, que se salga de nuestro gobierno y que se salga de nuestras vidas. ¿Cómo podemos esperar que Dios nos dé Su bendición y Su protección cuando le hemos exigido que nos deje estar solos?»
Luego alguien dijo que mejor no se leyera la Biblia en las escuelas… la Biblia dice no matarás, no robarás, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Y dijimos que estaba bien.
Luego el Dr. Benjamin Spock dijo que no debíamos «pegar» a nuestros hijos cuando se portan mal porque sus pequeñas personalidades se truncarían y podríamos lastimar su autoestima (el hijo del Dr. Spock se suicidó). Dijimos que los expertos sabían lo que estaban diciendo. Y dijimos que estaba bien.
Luego alguien dijo que los maestros y directores de los colegios no deberían disciplinar a nuestros hijos cuando se portan mal. Los administradores de las escuelas dijeron que más valía que ningún miembro de la facultad de las escuelas tocara a ningún estudiante que se porte mal porque no queremos publicidad negativa y por supuesto no queremos que nos vayan a demandar (hay una gran diferencia entre disciplinar, tocar, golpear, cachetear, humillar, patear, etc.). Y dijimos que estaba bien.
Luego alguien dijo, dejemos que nuestras hijas aborten si quieren, y ni siquiera tienen que decirles a sus padres. Y dijimos que estaba bien.
Luego uno de los consejeros del consejo de administración de las escuelas dijo, ya que los muchachos siempre van a ser muchachos y de todos modos lo van a hacer, démosles a nuestros hijos todos los condones que quieran para que puedan divertirse al máximo, y no tenemos que decirle a sus padres que se los dimos en la escuela. Y dijimos que estaba bien.
Luego algunos de nuestros principales funcionarios públicos dijeron que no importa lo que hagamos en privado mientras cumplamos con nuestro trabajo. Estuvimos de acuerdo con ellos y dijimos, no me importa lo que nadie, incluyendo el presidente, haga en su vida privada mientras yo tenga un trabajo y la economía esté bien.
Luego alguien dijo vamos a imprimir revistas con fotografías de Mujeres desnudas y decir que esto es una apreciación sana y realista de la belleza del cuerpo femenino. Y dijimos que estaba bien.
Y luego alguien más llevó más allá esa apreciación y publicó fotografías de niños desnudos, llevándola aún más lejos cuando las colocó en Internet. Y dijimos que estaba bien, tienen derecho a su libertad de expresión.
Luego la industria de las diversiones dijo, hagamos shows por televisión y películas que promuevan lo profano, la violencia y el sexo ilícito. Grabemos música que estimule las violaciones, las drogas, los suicidios y los temas satánicos. Y dijimos, no es más que diversión, no tiene efectos negativos, de todos modos nadie lo toma en serio, así que adelante.
Ahora nos preguntamos, ¿por qué nuestros niños no tienen conciencia? ¿Por qué no saben distinguir entre el bien y el mal? ¿Por qué no les preocupa matar a desconocidos, a sus compañeros de escuela, o a ellos mismos?
Probablemente, si lo pensamos bien y despacio, encontraremos la respuesta, sembramos lo que recogemos. Si occidente no regresa a Dios, dijo, seguiremos viendo «solo el caos en todos los niveles»…
Vivamos siguiendo: CORAM DEO