La pesca ilegal en Latinoamérica no es ninguna nueva noticia, pero los números de 2021 son sorprendentes. Unos 350 barcos de bandera china pasaron durante el primer semestre del año flotando frente a las aguas territoriales de Argentina. China es el mayor depredador a nivel mundial.
Varios centenares de barcos chinos operan en los océanos de Latinoamérica durante todo el año y por mucho tiempo se los ha acusado de saquear dos importantes terrenos pesqueros: las aguas cercanas a Argentina en el Atlántico sur y las aledañas a Chile, Perú y Ecuador en el Pacífico sur.
Como explica Alessandro Ford para Insight Crime los barcos se valen de lámparas brillantes para atraer a los calamares a la superficie durante la noche, estos barcos se han especializado en la pesca de arrastre justo en el límite de las zonas económicas exclusivas (ZEE) de 200 millas marinas de estos países, aspirando peces por millones. Los capitanes también «salen del radar», apagando los sistemas de identificación automática (AIS) basados en GPS de sus barcos.
La pesca de arrastre es letal para el ecosistema dado que “arrastra” otras especies que no tenían la intención de pescar y que luego desperdician.
Un informe publicado en junio por Oceana, organización no gubernamental que hace seguimiento a la pesca ilegal, empleó datos satelitales para mostrar que más de 400 barcos de bandera china pescaron por cerca de 621.000 horas a lo largo de la ZEE argentina entre 2018 y 2021. Esas embarcaciones desaparecieron de los sistemas de rastreo más de 4.000 veces.
Sin embargo, en 2020, los datos oficiales revelan que tan sólo se han encontrado 2 buques en infracción a los cuales se les decomisó la cargas, y se les cobró la multa. Se espera que entre 400 y 450 buques se hagan presentes en el mar argentino para la temporada que recién inicia y termina en abril.
Según datos que proporciona Insight Crime, en todo el mundo, esta actividad representa cerca del 20% de la pesca total. En Latinoamérica, esa cifra puede ser aún mayor, para alcanzar cerca del 50% en países como México.
Ecuador
Ecuador exportó una cantidad récord de aletas de tiburón en este 2021, gracias a las tácticas agresivas de pesca y a las regulaciones que permiten la venta de productos de tiburón si se declaran como fauna acompañante accidental. En México, Chile y Brasil, los pescadores locales infringieron las vedas de temporada y extrajeron valiosas especies no permitidas.
Una sopa de aleta de tiburón puede costar entre US$ 100 y US$ 200.
Aunque Ecuador puso en evidencia las acciones de China, el país ha mostrado falta de resolución para frenar la extracción de aletas de tiburón. A mediados del año, los legisladores rechazaron un proyecto de ley que pedía la prohibición durante un año sobre la venta de pesca accidental, incluidos los tiburones.
Otros delitos implicados
Para The Economist el año 2022 marcará un punto de inflexión a raíz del acuerdo de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para obligar a los países a poner fin a la mayor parte de las subvenciones perjudiciales para sus pesquerías. Un acuerdo que demandó de casi 20 años de negociaciones entre los estados.
La pesca ilegal está vinculada a otros delitos como la piratería y trabajo esclavo. La piratería roba a los estados costeros más de US$ 20.000 millones al año, perjudicando el sustento de millones de pescadores legales. Esa cifra representa una pérdida de hasta 26 millones de toneladas anuales de pescado.