Amplia (muy amplia a mi criterio) cobertura se dio en el viejo continente a las desafortunadas declaraciones de la «fashionista» diputada liberal quien, como ya dijimos en este espacio, lanzó injustificadas críticas a la reina de España.
Los periodistas de una cadena televisiva española, casi sin conocerla, pintaron un cuadro bastante cercano a la realidad de la diputada. La calificaron como clasista y machista: “Esta señora tendrá algún tipo de complejo de clase. Hay mucho machismo”, mencionó uno de los presentadores. “Clasismo y machismo, son las dos cosas”, agregó otra periodista y un tercero la resumió en una sola palabra: «amargada».
Pero acá en Paraguay, que no somos menos (ni más) que nadie, también la conocemos (y la sufrimos muchas veces) y podemos describirla muy bien.
Por eso, volvemos a referirnos a este tema solo para compartir unas capturas de pantalla que subió Hugo Biedermann en su cuenta personal de Twitter, donde una ciudadana de las de a pie, de las que se ganan honradamente la vida dio una visión mucho más clara de lo que muchos paraguayos piensan acerca de la diputada Amarilla.