Rebeldes hutíes irrumpieron sin autorización en un complejo de las Naciones Unidas en la capital yemení, Saná, y secuestraron a 20 empleados de distintos organismos de la ONU, entre ellos Peter Hawkins, máximo responsable de UNICEF en el territorio.
Según fuentes diplomáticas, el grupo armado tomó control del edificio en horas de la madrugada y trasladó a los trabajadores a un lugar desconocido. Entre los secuestrados se encuentran funcionarios locales e internacionales de diversas agencias humanitarias.
La ONU condenó enérgicamente el secuestro y exigió la liberación inmediata y sin condiciones de su personal. “Este acto es una violación flagrante del derecho internacional y pone en grave riesgo la seguridad de nuestros trabajadores humanitarios”, señaló un portavoz del organismo desde Ginebra.
Los hutíes, que controlan Saná desde 2014 y están respaldados por Irán, mantienen un conflicto prolongado con el gobierno reconocido internacionalmente y la coalición liderada por Arabia Saudita. El secuestro ocurre en medio de un recrudecimiento de tensiones regionales, que ha visto un aumento de ataques en el Mar Rojo y en territorio saudí.
Peter Hawkins, figura clave en la coordinación de programas humanitarios para niños en Yemen, había advertido recientemente sobre el deterioro de la situación humanitaria en el país, donde millones de personas dependen de la ayuda internacional para sobrevivir.
Hasta el momento, no se han divulgado las demandas de los rebeldes ni se ha informado sobre el estado de salud de los secuestrados.