Por Víctor Rodríguez
El escenario estuvo encendido desde antes del pitazo inicial: en la “Terraza del país”, el estadio Río Parapití de Pedro Juan Caballero recibía uno de los duelos más esperados de la fecha 16 del Clausura 2025.
Primer tiempo: lucha, opciones y tensión
Desde los primeros minutos, Cerro Porteño buscó imponer su autoridad en el medio campo. El dominio territorial fue suyo, pero topó con una defensa de 2 de Mayo bien ordenada.
La primera gran emoción llegó alrededor del minuto 27: Luis “Totín” Amarilla disparó desde fuera del área, su tiro fue apenas desviado por la punta de los dedos del arquero Ángel Martínez y el balón rebotó en el travesaño. En el rebote, Ignacio Aliseda estuvo listo para empujarla pero Juan Camilo Saiz salió al cruce providencial para evitar el gol.
Antes de eso, ya se habían registrado amonestaciones: el defensor Pedro Sosa fue amonestado tras una falta sobre Amarilla.  A esos antecedentes defensivos se le sumó una tensión creciente en cada jugada ofensiva del visitante.
Con el marcador sin abrir al descanso, ambos equipos regresaron a los vestuarios conscientes de que la batalla se decidiría en la segunda mitad.
Segundo tiempo: ajustes, insistencia y final amargo
En el reinicio, ambos entrenadores movieron sus piezas. En 2 de Mayo salieron Sergio Fretes y Diego Acosta por Óscar Romero Adorno y Rodrigo Ruiz Díaz. Cerro también introdujo a Federico “Pachi” Carrizo en lugar de Édgar Páez.
El dominio de Cerro Porteño se hizo más perceptible: construyó ocasiones, presionó alto y llevó más peligro al arco rival. Pero la defensa local resistió con líneas compactas, orden y concentración. Una ocasión clara que mereció gol fue generada a través de un centro de Carrizo desde la izquierda, con un desvío y luego una intervención desesperada del arquero Martínez. En esa jugada, Amarilla, ubicado en el segundo poste, no logró empujarla y desperdició una chance clamorosa.
2 de Mayo no desapareció del partido: contraataques, recuperación en bloque bajo, y algunos disparos que, si bien no fueron tan peligrosos, mantuvieron vivo el espíritu ofensivo local.
Hacia los minutos finales, el entrenador Felipe Giménez apostó por Félix Jesús Llano en reemplazo de Marcelo Acosta para intentar un golpe de efecto ofensivo. Por su parte, Cerro Porteño buscó hasta el último momento el gol, intentando por las bandas y bajando balones al área.
Pero el reloj inexorable corrió, y el pitazo final decretó el empate sin goles: 0-0.
Valoraciones y consecuencias
Para 2 de Mayo, el empate no deja mal sabor. Logró sostener su invicto (seis partidos sin perder) y demostró carácter ante un gigante del fútbol paraguayo. Aunque perdió la posibilidad de seguir sumando victorias, mantiene firme su aspiración copera.
Para Cerro Porteño, el resultado significa una oportunidad desperdiciada en su lucha por el liderazgo. La serie de triunfos se cortó, y ahora debe compartir el primer puesto con Guaraní.
En cuanto al espectáculo, el partido fue de esos que muchas veces se deciden en detalles: ocasiones claras que no se concretaron, precisión que faltó en la definición, y defensas que cumplieron con creces.