Olimpia venció al Sportivo Ameliano e increíblemente sumó su segunda victoria al hilo en el campeonato. A pesar del triunfo, al decano no le alcanza para nada los 3 puntos y sólo sigue en clasificación a la copa sudamericana.
En Capiatá, Olimpia logró un triunfo sufrido por 2-1 sobre Sportivo Ameliano en la fecha 15 del Clausura, pero la victoria disimula más problemas que virtudes. Ameliano pegó primero a los 37 minutos con un remate sorpresivo de Estível Moreira que sorprendió a Gastón Olveira luego de un cagadón de la defensa franjeada y dejó al Decano en deuda.
El equipo franjeado no mostró fluidez ofensiva: careció de juego asociado, abusó de pelotas largas y dependió de apariciones individuales para generar peligro. A los 65 minutos Fernando Cardozo emparejó tras un servicio que aprovechó con oportunismo; el empate, más fruto de desorden defensivo rival que de claridad franjeada, apenas maquilló la pobreza creativa que exhibió el mediocampo.
En los instantes finales, el partido se definió con un penal sancionado por mano de Francisco Báez tras revisión del VAR; Rodney Redes lo transformó en el 2-1 definitivo. Más allá del alivio, la sensación es que Olimpia ganó por rebote y no por mérito: las bandas estuvieron sin profundidad, las transiciones lentas y los reemplazos no cambiaron el guion.
Ever Hugo Almeida podrá resaltar los tres puntos, pero el plantel necesita variantes tácticas y delanteros que no dependan de jugadas a balón parado o decisiones arbitrales.
Si la intención es pelear arriba, el Decano exige urgente autocrítica y un rendimiento que hoy, aunque vencedor, volvió a quedarse corto. Los hinchas presentes pidieron más intensidad y la platea mostró impaciencia con un plantel que parece no tener un plan B; la directiva debería trabajar en ello, pero hay pocas esperanzas de que lo hagan bien. Ya no alcanza con buenas intenciones.