Por Víctor Rodríguez
Primera mitad
El partido arrancó con un fuerte predominio en la disputa del mediocampo. Cerro Porteño, con varias modificaciones en el equipo titular tras el superclásico, intentó controlar el ritmo pero careció de claridad ofensiva. Nacional apostó a un planteamiento compacto, aguerrido y con amenaza en los contragolpes. La chance más notable fue un potente zurdazo de Wilder Viera tras una buena asistencia, que se fue apenas por encima del travesaño.
Segunda mitad
Ambos entrenadores acudieron a variantes ofensivas. En el Ciclón ingresaron figuras como Ignacio Aliseda —quien mostró chispa y juego— y Juan Iturbe, mientras que Nacional respondió fortaleciendo su defensa y manteniendo su postura organizada. La finalización fue justa: pocas llegadas claras y mucha concentración del lado tricolor.
Lo más destacado
Polémica arbitral
Una mano clara de Fabrizio Peralta dentro del área del Ciclón no fue sancionada como penal a pesar de que el árbitro Derlis López la admitió haber visto. Nacional lo reclamó con firmeza, pero la decisión mantuvo el 0-0
Bajo rendimiento ofensivo
Cerro Porteño mostró una imagen irregular, con poca sintonia entre ofensivos y una producción general mediocre. Cecilio Domínguez, pese a ser el asistidor del torneo, estuvo impreciso y fue objeto de abucheos por parte de la hinchada.
Cerro Porteño ganó en posesión, pero mostró fragilidad ofensiva y falta de claridad. Nacional, ordenado y aplicado, logró contener las embestidas del rival y escapó con un empate valioso, salvo por la polémica mano en el área que no fue sancionada. El punto, más útil para Nacional que para el líder, abre interrogantes sobre el rendimiento del equipo azulgrana de cara a sus próximos compromisos, especialmente en la Copa Libertadores.