Si algo domina el inconsciente colectivo mayoritario paraguayo es el mítico marzo paraguayo, sin bien es indiscutible que expresa el deseo general por una patria mejor, también es un ejemplo impresionante de manipulación social por parte de los intereses creado por las elites políticas y de la media nacional.
Siendo así y pasando al fondo de la cuestión, ¿por qué y por quienes salieron los jóvenes a marchar?
En teoría salieron a marchar por la democracia recientemente obtenida, pero que democracia es la que mantiene a toda la elite del periodo anterior menos al anciano líder, depuesto no por la sociedad reunida y harta de ese esquema de gobierno, no, sino, más bien, por su consuegro y mano derecha, el General Rodríguez, quien asumiría el mando de gobierno para “democratizar” el país, usando de cabeza de turco a Stroessner, quien fue exiliado, pero manteniendo toda la cúpula política sin prácticamente cambios. Cuenta la leyenda que Stroessner desde Brasil, al ver la foto de la asunción presidencial de Rodríguez dijo: ehh, ¡acá falto yo nomas!
Entrando en la “democracia” de los noventa, donde en las internas coloradas del 92, según observadores independientes, el vencedor fue Argaña por estrecho margen, hecho reconocido públicamente por el exsenador Galaverna en el año 2008, uno de los operadores principales de Wasmosy quien a su vez era el candidato de Rodríguez. Sin embargo, la toma del edificio partidario por el ya general Oviedo y el secuestro de las actas de escrutinio permitieron que el tribunal declara ganador a Wasmosy.
Comenzamos de una manera peculiar la democracia por decir lo menos y dos de esos actores estarán protagonizando el marzo paraguayo, el señor José María Argaña y Lino Cesar Oviedo, uno como víctima y el otro como victimario, uno como supuesto mártir de la democracia y el otro como la amenaza a la misma, pero eran mucho más que eso.
El Dr. Luis María Argaña, formó parte del grupo político que participó en la dictadura militar de Alfredo Stroessner desde 1954 en el Paraguay, siendo congresista entre 1963 y 1983 y convencional constituyente en 1967 y 1977, Presidente de la Corte Suprema de Justicia entre 1983 y 1988 y Canciller Nacional durante este periodo, aparecía como el referente político, en el periodo democrático, de mayor peso de los sectores desplazados del stronismo militante, aglutinando a los sectores más stronistas y autoritarios del partido colorado, desarrollando un discurso básicamente conservador.
Lino Oviedo quien surgía como el militar de mayor poderío, habiendo participado del derrocamiento de Stroessner, mientras que aspiraba a la sucesión en la presidencia del general Rodríguez, siendo su hombre fuerte dentro de la milicia. También fue protagonista, a más de lo arriba mencionado en el 92, del intento de golpe de estado contra el gobierno del presidente Wasmosy en el 96, cuando Wasmosy lo destituye a Oviedo, en ese entonces comandante de ejército, a lo cual este se niega a acatar la orden, atrincherándose en su comando, acompañado de un gran número de generales, momento en que este, a través de un pronunciamiento emplazo al presidente Wasmosy para que renunciara, o lo destituirían por la fuerza, amenaza nada desdeñable teniendo Oviedo a su disposición gran parte de las fuerzas armadas. La crisis termino al día siguiente con la derrota de Oviedo.
Pasando a unos años antes de los hechos del marzo paraguayo a las elecciones internas previas de 1997 y las generales del 98, donde sin disolución de continuidad los mismo actores del Stronismo, son candidateados para que el pueblo “elija democráticamente”, se presentan en las internas coloradas Argaña y Nicanor Duarte Frutos por la línea conservadora neo Stronista, como candidato a presidente y vicepresidente respectivamente, por un lado y el Oviedo y por el otro Lino Oviedo, quien a través de chicanas judiciales venia eludiendo el veredicto de la Justicia por su intento de golpe en el 96, el que sería su número dos fue Raúl Cubas Grau.
Las internas se desarrollaron en diciembre del 97, dando como ganador a Oviedo, sobre quien aún pesaba un proceso judicial, pero que al este apelar la sentencia del tribunal militar ante la Corte Suprema de Justicia, en marzo del 98 la corte le deniega su apelación, confirmando la prisión dictada por la justicia militar, quedando inhabilitado como candidato presidencial. Siguiendo la ley electoral se lo reemplazo por su candidato vicepresidente, Raúl Cubas, asumiendo este el rol a candidato a presidente y promoviendo a candidato a vice a Argaña, formando la dupla Cubas-Argaña. Oviedo desde prisión, exhorto por votar a esta fórmula con la frase “TU VOTO VALE DOBLE”, en alusión a que una vez en el poder Cubas lo indultaría.
Como puede verse las elecciones internas de poco valieron para conformar la dupla presidencial, todo siempre muy democrático.
Ganando esta dupla las elecciones y con mayoría en ambas cámaras, lo que no se esperaría Cubas seria que los argañistas se unirían a la oposición, permitiendo que sus candidatos controlaran las mesas directivas, alianza que se fue consolidando a la par que era cada vez más notorio que el que gobernaba era Oviedo desde la cárcel. A fines del 98 Cubas conmuto la pena de Oviedo, siendo esta rechazada por la fuerte oposición de la corte suprema, quien ordeno el regreso a prisión de Oviedo y declarándolo prófugo, orden que Cubas se negó a acatar, dando pie a una lucha entre Oviedo y Cubas por un lado y el Congreso (comandado por la alianza oposición-argaña) y la Corte Suprema de Justicia de donde argaña había sido presidente.
Es interesante observar que el conflicto siempre fue por intereses políticos dentro de un contexto de poder y nada relacionado con la democracia o el pueblo.
Agudizado el conflicto esto derivo en un juicio político contra el presidente Cubas, pero antes de que se pronunciara la sentencia, se produjo el asesinato de quien hubiese sido su reemplazo por línea sucesoria, el vicepresidente Argaña. Habiendo la mayoría del pueblo considerado que los autores intelectuales habían sido Cubas y Oviedo se volcaron a las calles en protesta y defensa de la democracia, exigiendo la destitución de Cubas. A lo cual francotiradores en edificios cercanos al Congreso dispararon a los manifestantes y causaron nueve bajas y centenas de heridos. Ante esto y las presiones internacionales Cubas renuncia, huyendo a la Argentina pidiendo asilo político. Asumiendo, en consecuencias, según la línea sucesoria el colorado Luis González Macchi, en ese entonces presidente del Senado y del Congreso. Lo que desemboco en un poder ejecutivo aun débil, no electo por el pueblo, donde las facciones del partido colorado se enfrentaban por el poder.
Si bien es loable la intención de la juventud al buscar defender una democracia entendida de forma intelectual, en la realidad salieron a marchar por el asesinato de un engranaje del Stronismo y heredero de su caudal partidario contra un golpista consumado, quien ya había manipulado desde sus inicios la “democracia” en el 92 y pretendió darla de baja en el 96, pero que había ganado las internas del partido colorado democráticamente, pero le dieron de baja, para que Argaña aspire a la línea sucesoria presidencial.
Por eso el título del artículo, pues el marzo paraguayo es la perpetuación de la ilusión de elegir del paraguayo, el símbolo de que puede luchar por ideales supremos, pero también que de nada sirve esa lucha si no conoce que, y quienes representan esos ideales, siendo ignorante de su historia, solo le resto explotar de rabia ante las injusticias cotidianas.