El gobierno de Estados Unidos ha intensificado su estrategia para debilitar al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, al que considera una «estructura represiva y antidemocrática». En un movimiento coordinado, el Departamento de Estado anunció un significativo aumento en las recompensas por información que facilite el arresto o condena del propio Maduro y de altos funcionarios de su gabinete, mientras que el Departamento del Tesoro impuso nuevas sanciones económicas contra figuras clave del régimen.
Según un comunicado oficial del Departamento de Estado, la recompensa por información relacionada con Nicolás Maduro y su ministro del Interior y Justicia, Diosdado Cabello, ha sido incrementada a hasta 25 millones de dólares. Además, se estableció una nueva recompensa de hasta 15 millones de dólares por datos que permitan capturar al ministro de Defensa, Vladimir Padrino López. Estas medidas, según el gobierno estadounidense, tienen el objetivo de «comprometer a los responsables de violaciones a los derechos humanos y reforzar la transición democrática en Venezuela».
Paralelamente, el Departamento del Tesoro sancionó a ocho altos funcionarios vinculados al régimen chavista, acusados de participar en actos represivos y abusos sistemáticos contra los derechos humanos. Estas sanciones incluyen la congelación de activos bajo jurisdicción estadounidense y la prohibición de transacciones financieras, como parte de una campaña para asfixiar los recursos del gobierno venezolano.