La reciente reelección de Nicolás Maduro para un tercer mandato presidencial, prevista para iniciar el próximo viernes 10 de enero, ha generado una nueva ola de críticas internacionales, esta vez con un contundente informe emitido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El documento señala que dicho proceso electoral “no goza de legitimidad democrática” y lo vincula a una crisis política y humanitaria que sigue profundizándose en Venezuela.
Según el informe, el proceso electoral estuvo marcado por graves violaciones a los derechos humanos, que no solo afectaron la transparencia del acto electoral, sino también socavaron los derechos fundamentales de los ciudadanos. “La represión del Estado incluyó prácticas de terrorismo de Estado dirigidas especialmente a infundir terror en la ciudadanía y silenciar voces disidentes”, detalla el documento. Entre los abusos reportados se incluyen ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas de corta duración, detenciones arbitrarias, torturas y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes.
La CIDH subraya que estas prácticas no solo evidencian un deterioro en el respeto a los derechos humanos, sino que también representan un retroceso alarmante para la democracia en la región. Los hallazgos del informe, ampliamente difundidos por medios internacionales como El País, señalan que el gobierno de Maduro ha utilizado estas tácticas de represión para consolidar su poder, mientras las instituciones encargadas de garantizar la justicia y la transparencia permanecen cooptadas.
El informe de la CIDH surge en un contexto de creciente presión internacional sobre el régimen de Maduro. Organismos multilaterales, gobiernos extranjeros y organizaciones no gubernamentales han denunciado sistemáticamente la crisis en Venezuela, caracterizada por el colapso económico, el éxodo masivo de ciudadanos y las constantes violaciones a los derechos humanos.
A medida que se acerca la fecha de la juramentación, las críticas se intensifican pero, mientras la comunidad internacional hace declaraciones, millones de venezolanos continúan sufriendo las consecuencias de una crisis política que parece lejos de resolverse.