En un alarmante episodio que atenta contra la soberanía del Paraguay, el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (MITIC) detectó la infiltración de hackers chinos en las redes gubernamentales. La operación, fue llevada adelante por un grupo de Hackers conocido como Flax Typhoon, un grupo de ciberespionaje con vínculos con el Partido Comunista Chino, que opera desde la República Popular China.
Esta revelación fue posible gracias a una colaboración estratégica con el Comando Sur de los Estados Unidos, como parte de un esfuerzo conjunto por fortalecer la ciberseguridad en Paraguay. Este tipo de ataques no solo compromete la privacidad y seguridad de los datos sensibles del Estado, sino que constituye una flagrante violación de la soberanía nacional.
China ha sido señalada recurrentemente por su uso del ciberespionaje como arma geopolítica. La participación directa o indirecta del Partido Comunista Chino sugiere un propósito que va más allá del simple espionaje, evidenciando intenciones de intromisión y presión en los asuntos internos del Paraguay.
Un atentado político y estratégico
La soberanía paraguaya no solo se ve amenazada por estos ataques, sino también por los intereses chinos que buscan desestabilizar relaciones estratégicas, como el sólido vínculo entre Paraguay y Taiwán. Estas acciones deben ser interpretadas como parte de una estrategia global de coacción que no respeta fronteras ni sistemas democráticos.
La respuesta es clave
La cooperación entre Paraguay y aliados internacionales, como los Estados Unidos, resulta fundamental para contrarrestar estas amenazas. Fortalecer la ciberseguridad no solo es una necesidad técnica, sino también un deber estratégico para garantizar la autonomía y defensa de los intereses nacionales frente a la agresión china.
Este episodio debe ser un llamado de alerta para endurecer las políticas de protección digital y para defender activamente los valores democráticos frente a cualquier intromisión extranjera.