La Administración Biden ha dejado claro que la inmigración ilegal es un tema clave para las elecciones de noviembre. Tras algunos tímidos intentos de aprobar legislación para endurecer la entrada en el país, el presidente y su equipo han cambiado radicalmente de estrategia, levantando sospechas sobre una amnistía masiva para que los millones de inmigrantes indocumentados que hay en el país puedan votar. Sospechas que se acrecientan tras el anuncio de la Casa Blanca de que vetará la Save Act de los republicanos, que busca garantizar que sólo los ciudadanos puedan elegir a sus representantes, si llega a su escritorio.
La Casa Blanca denuncia que los republicanos «alarman» a los ciudadanos «con falsedades»
En un comunicado, la Oficina Ejecutiva del presidente acusó a los republicanos de alarmar a la ciudadanía con «falsedades», señalando que en el país «ya es ilegal que los no ciudadanos voten en elecciones federales-es un delito federal castigado con prisión y multas.»
«Este proyecto de ley no haría nada para salvaguardar nuestras elecciones, sino que haría mucho más difícil para todos los estadounidenses elegibles registrarse para votar y aumentaría el riesgo de que los votantes elegibles sean purgados de las listas de votantes. La evidencia es clara de que las leyes actuales para evitar el voto de los no ciudadanos están funcionando como se pretendía,»
El memorándum insiste en que Biden «seguirá luchando para proteger el sagrado derecho de los estadounidenses a votar en unas elecciones libres, justas y seguras, incluso pidiendo al Congreso que apruebe la Ley John R. Lewis de Avance del Derecho al Voto y la Ley de Libertad de Voto». Además, volvió a intentar resucitar el mal proyecto de ley bipartidista que el Senado rechazó en dos ocasiones, pidiendo a los conservadores que lo presenten.
Según la Oficina Ejecutiva del Presidente, «si los republicanos de la Cámara de Representantes realmente quieren hacer algo para asegurar nuestra frontera y arreglar nuestro maltrecho sistema de inmigración, deberían votar el acuerdo fronterizo que el Presidente negoció con un grupo bipartidista de senadores, que proporcionaría a los funcionarios de inmigración los recursos que necesitan para hacer su trabajo y sería el conjunto de reformas para asegurar la frontera más duro y justo que hemos visto en décadas».
Los republicanos piden una prueba de ciudadanía para votar
La misiva fue rápidamente contestada por líderes del GOP, como el portavoz Mike Johnson, que consideró «alarmante» que «el presidente en ejercicio de Estados Unidos, que ha abierto nuestra frontera a más de 9 millones de ilegales, acabe de anunciar que vetará nuestro proyecto de ley para impedir que los no ciudadanos voten.»
Otros representantes, como el tejano Chip Roy, cargaron contra el escrito presidencial, denunciando que «Por un lado, Biden dice que ya es ilegal que los no ciudadanos voten en las elecciones. Por otro lado, está promoviendo que los no ciudadanos voten en las elecciones. ¿Cuáles son sus verdaderos objetivos?» Además, en una entrevista televisada, también exigió que un votante presente una prueba de ciudadanía antes de ejercer su derecho a acudir a las urnas: «Pongámonos en pie ahora mismo como estadounidenses y digamos: ‘Sólo los ciudadanos estadounidenses deben votar, y hay que presentar una prueba de ciudadanía para registrarse'».
