En el año 2011 el politólogo, profesor de Harvard, Dani Rodrik, escribió un libro denominado “La paradoja de la globalización”. Rodrik describe que las tres fuerzas políticas que articulan nuestra época son en parte incompatibles, y que, por lo tanto, solamente podremos tener dos de ellas a expensas de la tercera ¿Y cuáles son estas fuerzas políticas?
- La hiperglobalización (globalismo).
- La soberanía del Estado-nación.
- La democracia.
Rodrik define la hiperglobalización como la radicalización de los procesos del mercado. Sin embargo, debido a que el profesor de Harvard confunde globalización con globalismo y atribuye a entidades como la Unión Europea, el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional un carácter económico cuando son centros de poder político, utilizaré la variable hiperglobalización como sinónimo de globalismo.
El concepto Estado-nación articula la historia política de Occidente en los últimos 600 años. El concepto soberanía se vincula directamente al Estado-nación como el poder de autodeterminarse dentro de determinado territorio. La autodeterminación está relacionada con las tareas del Estado, como su política monetaria y fiscal, pero así también se relaciona con su capacidad de autofinanciarse, defender sus fronteras o establecer sus políticas sociales.
Por último, la democracia. El factor de participación cívica en la sociedad occidentales es crucial para entender los tiempos que vivimos, y esta participación no solo se reduce al acto electoral del sufragio, sino que es transversal a otras manifestaciones cívicas, desde marchas y protestas, pasando por las propuestas de leyes a sus representantes, hasta la postulación a cargos electivos.
Es así que el profesor Rodrik plantea que existe un trilema entre las fuerzas políticas contemporáneas: el globalismo, la soberanía estatal y la democracia. Un trilema es una trampa social en donde partiendo de la existencia de tres opciones, la elección de dos alternativas forzosamente se establecerá a costa de la tercera. Es decir, es imposible tener globalismo, soberanía y democracia al mismo tiempo, deberemos elegir dos y necesariamente la tercera opción será incompatible con las elecciones realizadas.
El trilema o trilema imposible explica en gran medida las tensiones políticas de nuestra época. A continuación, explicaré el trilema de Rodrik con algunos ejemplos.
Democracia + soberanía – globalismo: Trump, Orban y el Brexit.
Podremos elegir tener democracia y soberanía estatal a costa de la globalización. Esta ha sido la alternativa encarnada por el Brexit, Trump y Viktor Orban, los cuales han rechazado las medidas autoritarias de entes globalistas como la Unión Europea. En el caso Trump el mismo ha constituido un acercamiento a la doctrina del aislacionismo de los padres fundadores de los Estados Unidos. Hay que recordar que Trump incluso había desfinanciado a la ONU cuando fue presidente.
Democracia + globalismo – soberanía: unión europea.
Podríamos elegir mantener la democracia junto con un fuerte programa de globalismo, pero sería a costa de la soberanía de los Estados-Nación. Las políticas económicas y sociales vendrían determinadas por organismos internacionales en paquetes o enlatados. Se podría mantener las elecciones y las libertades democráticas, pero serían más bien de fachada, ya que las decisiones importantes se tomarían en lugares como el Parlamento Europeo, así como las decisiones de política monetaria no partirían de un Banco Central Nacional, sino de uno regional o global. La Unión Europea representa esta alternativa, donde cada uno de los estados europeos miembros han renunciado a parte de su capacidad de autodeterminación y la han cedido a organismos internacionales.
Soberanía estatal + globalismo – democracia: El caso China.
Se podrían elegir tener soberanía estatal y estar integrado a los mercados y organismos internacionales y sin embargo tener a toda la población gobernada por un partido único: es el caso de China. No deja de ser llamativo que incluso en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se encuentra China y que esta ha empezado un agresivo proceso de comercialización vía estatal con todo el mundo, intentando imponer sus condiciones.
Conclusión preliminar
Es así que Rodrik nos advierte que las tensiones en el mundo moderno son inevitables debido al poder con que estas tres fuerzas configuran nuestras sociedades contemporáneas. Si bien es cierto que el trilema no es inevitable, también es cierto que explica en gran medida el escenario político que observamos donde entes globalistas intentan socavar la soberanía de nuestros países.
Excelente artículo.