Luego de lo que seguramente va a suceder en el Congreso todos (políticos, medios de prensa y pseudo influencer) saldrán a hablar de la ANR, de Cartes, de la humedad y de la inmortalidad del cangrejo como variables a considerar para entender las causas por las que Mario Abdo no fue enjuiciado.
Lo concreto, es que la oposición tuvo todo a su favor: las causas, el humor social, la gente en las calles y, por supuesto, todo el apoyo para liberar a Paraguay de uno de los peores gobiernos de los últimos años.
Aun así, con esas condiciones favorables, la inutilidad de una oposición de cotillón dejó pasar la oportunidad por ambiciosa. Quisieron quedarse con todo y ahora deberán conformarse con nada por desoír lo que manda la ley fundamental de nuestra nación. Quisieron poner entre la espada y la pared al Partido Colorado con la sola intención de dejarlo expuesto, olvidando en el camino no solo lo que manda la constitución, sino también el legítimo reclamo ciudadano para dar paso, de manera vil, a su apetencias personales y pretendiendo eludir a las autoridades electas por la ciudadanía.
El líbelo acusatorio nació muerto y la oposición lo sabe, de hecho, nunca tuvo intención de llevar a Mario Abdo a juicio, solo buscaron una ventaja en el humor social de cara a las próximas elecciones.