Hace unos días, puntualmente luego de la primera vuelta electoral en Argentina, mencioné que Mauricio Macri sería el gran elector que definiría quien gobernaría Argentina por los próximos cuatro años.
Obviamente fui criticado por muchos de los autodenominados “analistas políticos” pero, mientras todos creían que Milei tranzaba con Massa, que Milei se bajaba, que a Milei “no le daba la nafta”, había alguien que ya había visto la “película” completa y actuaba en consecuencia, Mauricio Macri.
Todos distraídos, todos operando; Morales, Losteau, Larreta, Carrió y todos los dirigentes de segunda línea de la Unión Cívica Radical tranzaban con Massa, traicionaban a su espacio que era Juntos por el Cambio y soñaban la muerte política de los “halcones” del PRO, Mauricio Macri convocó de urgencia a Milei, a Bullrich y Christian Ritondo a su casa de Acassuso y blanqueó la situación que nadie había visto.
Nacía esa noche el acuerdo explícito, acompañado de un gran gesto de grandeza, de un renunciamiento histórico de los líderes del PRO para acompañar a Javier Milei en el ballotage. Macri expuso a quienes querían realmente el fin del kirchnerismo y quienes eran los funcionales a ese régimen.
Macri le presentó a Milei la carta que lo llevaría a la presidencia de la Nación y, a él, a Macri, le serviría para depurar su fuerza política. Colocó las “cargas” para implosionar a su propia fuerza política, rescatando a los leales y sorprendiendo a los traidores; fue entonces cuando Javier Milei, el actual presidente electo sintió, por primera vez, que había una persona que hablaba sinceramente, que no lo estaba usando y que fue uno de los pocos que vio en Milei algo distinto, algo que muchos no quisieron o no les convenía ver.
Milei, también hay que decirlo, necesitaba un fuerte respaldo para despegarse definitivamente de quienes lo empujaron a la política, el propio kirchnerismo. No nos olvidemos que el libertario se convirtió, durante cuatro años, en la estrella de todos los canales de TV ¿Su tarea? “limar” a Mauricio Macri.
Y así llegó el 22 de octubre, Milei a la final con Massa y Bullrich derrotada. Pero mientras todos festejaban lo que pensaban era el final del PRO, mientras Patricia Bullrich se enfrentó a la dolorosa realidad de haber sido traicionada por las “palomas” representadas por Rodríguez Larreta; iniciaba la etapa que nadie, salvo Mauricio, logró ver: El “Pacto de Acasusso” que llevó a Javier Milei a la primera magistratura argentina.
El resto… ya es historia.