Italia se convierte en el primer país de la Unión Europea en prohibir la venta, producción e importación de carne sintética, cultivada o «de laboratorio», creada por medio de la clonación de células madre extraídas de un animal y luego reproducidas gracias a la biotecnología. Esta forma de conseguir carne sin necesidad de sacrificar un cerdo, una ternera o un pollo ni tampoco recurrir a la manipulación genética ya ha sido aprobada en Estados Unidos e Israel, mientras que la Unión Europea todavía no ha autorizado su comercialización.
El Gobierno conservador de Giorgia Meloni, que ha hecho de la defensa de la soberanía alimentaria una de sus señas de identidad, aprobó en la noche del martes la prohibición de la carne sintética, con multas previstas de hasta 60.000 euros para quien la venda. Roma trata así de adelantarse a una eventual ‘luz verde’ por parte de Bruselas a la comercialización de este innovador producto que ha despertado el apetito inversor de millonarios como Bill Gates o Jeff Bezos. Sus defensores aseguran que la carne «de laboratorio» permitirá cubrir la creciente demanda de proteínas de la población mundial con un impacto medioambiental mucho más reducido que la ganadería tradicional y sin tener que recurrir a ‘macrogranjas’ donde se sacrifica a millones de animales.
El ministro de Agricultura del Ejecutivo de Roma, Francesco Lollobrigida, uno de los pesos pesados del Gobierno y además cuñado de Meloni, considera en cambio que este alimento cultivado «no garantiza la calidad ni el bienestar» de los consumidores ni tampoco respeta «la cultura y la tradición gastronómica» de Italia. La decisión de prohibir la carne sintética ha sido aplaudida por Coldiretti, la principal asociación de agricultores y ganaderos del país, que ha recogido 500.000 firmas contra la producción y comercialización de alimentos creados en laboratorios.