La creciente amenaza estratégica que representa Turquía en el Mediterráneo oriental ha acelerado la conformación de una fuerza militar conjunta entre Israel, Grecia y Chipre, una iniciativa que llevaba años en discusión y que había quedado en pausa a raíz de la guerra en Israel.
Según el esquema acordado entre los tres países, la nueva fuerza tendrá el tamaño de una brigada y estará integrada por unos 2.500 efectivos: 1.000 soldados israelíes, 1.000 griegos y 500 greco-chipriotas. A diferencia de las estructuras militares tradicionales, no estará asentada en una base permanente, sino que será una unidad móvil, con capacidad de despliegue rápido en distintos puntos estratégicos de la región.
La decisión refleja un cambio cualitativo en la cooperación en materia de defensa entre Israel, Grecia y Chipre, que en los últimos años han profundizado sus vínculos militares y energéticos frente a las tensiones crecientes con Ankara. La conformación de una fuerza conjunta responde a la necesidad de contar con una capacidad disuasiva creíble y flexible ante escenarios de inestabilidad regional.
Fuentes cercanas al proyecto señalan que la brigada estará orientada a ejercicios conjuntos, respuesta rápida ante crisis y protección de intereses estratégicos compartidos, especialmente en el Mediterráneo oriental, una zona marcada por disputas territoriales, energéticas y geopolíticas.
El avance de esta iniciativa confirma que la presión turca está generando una reconfiguración de alianzas en la región, impulsando a Israel, Grecia y Chipre a pasar de la cooperación política y diplomática a una integración militar más concreta y operativa.




