El escenario internacional volvió a tensionarse este jueves 30 de octubre de 2025, con la escalada de amenazas nucleares entre Estados Unidos y Rusia. Tras las declaraciones del presidente Donald Trump, quien aseguró haber dado la orden al Pentágono de reanudar las pruebas con armas nucleares, el Kremlin reaccionó de manera firme: Moscú advirtió que responderá de manera sistemática y proporcional a cualquier ensayo estadounidense.
La decisión de Washington se produce en un contexto de crecientes tensiones. Rusia había mostrado recientemente su fuerza militar mediante el lanzamiento del misil Burevestnik y ensayos con el dron submarino Poseidón. En paralelo, Trump canceló la reunión prevista con Vladimir Putin y analiza enviar misiles de largo alcance Tomahawk al frente de guerra en Ucrania, como represalia ante la negativa del Kremlin a aceptar un alto al fuego.
El portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, recordó que continúa vigente la moratoria sobre ensayos nucleares establecida por el Tratado New Start, suscrito por ambas potencias, y advirtió que cualquier incumplimiento por parte de Washington tendrá una respuesta adecuada. Al mismo tiempo, Peskov aclaró que los recientes ensayos rusos con el misil Burevestnik no constituyen pruebas nucleares.
La escalada marca un retorno a un clima propio de la Guerra Fría, donde la diplomacia y la disuasión nuclear vuelven a ocupar un lugar central en la relación entre Washington y Moscú, en un momento en que la guerra en Ucrania sigue siendo un foco de tensión internacional.
 
			



