En el marco del programa “MiPyME Compite”, una iniciativa de cooperación entre la Unión Europea y el Ministerio de Industria y Comercio (MIC), con el apoyo del Banco Mundial, la Federación de Cooperativas de Producción (Fecoprod Ltda.), la ONUDI y la Unión Industrial Paraguaya (UIP), numerosas micro, pequeñas y medianas empresas del país han comenzado a incorporar prácticas sostenibles y modelos de economía circular en sus procesos productivos.
Uno de los ejemplos más destacados es el del Comité “La Esperanza”, liderado por Óscar Vega, que ha transformado residuos agropecuarios en recursos valiosos, reduciendo el impacto ambiental y fortaleciendo la productividad hortícola. En esta entrevista, Vega explica cómo el comité implementó un sistema innovador de producción de humus de lombriz, sus beneficios y el impacto que este enfoque está generando en la comunidad rural.
¿Cómo incorporaron la economía circular en su sistema de producción y en qué consiste el proyecto del comité La Esperanza?
El proyecto consiste en la producción de humus de lombriz a partir de residuos de la producción hortícola y pecuaria en la finca de “La Esperanza”. La producción de tomate y locote, así como de cerdos y ovejas, generan residuos que en el marco de este proyecto son considerados como recursos para la producción de humus de lombriz sólido y líquido que son incorporado nuevamente como fertilizante y materia orgánica para mejorar los rendimientos de la producción hortícola. Esta producción de humus está orientada a dos destinos: i) utilización en la propia finca del comité; ii) venta a otros productores hortícolas. En el marco de una planificación del aprovechamiento óptimo, busca convertir los residuos en recursos eliminando residuos, disminuyendo el impacto ambiental y maximizando las utilidades desde el diseño de una innovación de la economía circular.
¿Qué beneficios concretos trae para los productores la incorporación de la economía circular en su sistema de producción?
La incorporación de la economía circular nos trae beneficios concretos, como la reducción de residuos, que se transforman en humus y, a su vez, mejoran los rendimientos de nuestra producción hortícola. También hemos abierto una nueva fuente de ingresos a través de la venta de humus a otros productores.
La economía circular se basa en conceptos como reducir, reutilizar, reciclar y regenerar. ¿Cómo aplican estos principios en su proceso productivo?
En nuestro proceso productivo aplicamos los conceptos de reducir, reutilizar, reciclar y regenerar de la siguiente manera:
Reducir: Minimizar la generación de residuos en nuestras actividades.
Reutilizar: Reintegrar los residuos generados como materia prima para el humus.
Reciclar: Transformar los residuos en un producto útil (humus) que podemos utilizar o vender.
Regenerar: Mejorar la calidad del suelo y del ecosistema local a través del uso de humus.
Desde su perspectiva, ¿cuál es el impacto que esperan lograr en términos ambientales, sociales y económicos?
Esperamos que este proyecto tenga un impacto positivo en la sostenibilidad ambiental al disminuir el volumen de residuos y el impacto ambiental asociado. Socialmente, también estamos fomentando el desarrollo económico local al aumentar la productividad de nuestros cultivos y generar ingresos adicionales.
Como MiPyME participante del programa “MiPyME Compite”, ¿qué tipo de capacitación o asistencia técnica recibieron?
Como MiPyME participante del proyecto, hemos recibido capacitación y asistencia técnica en el manejo de residuos, producción de humus y prácticas sostenibles, lo que nos permite optimizar nuestros procesos y mejorar nuestros resultados.
¿Qué resultados concretos han logrado hasta ahora y qué proyecciones tienen a futuro?
Hasta ahora, hemos logrado establecer un sistema eficiente para la producción de humus y hemos comenzado a vender a otros productores. Nuestras proyecciones son positivas, con la expectativa de aumentar la producción de humus y expandir su uso, mejorando así tanto la sostenibilidad como la rentabilidad de nuestro proyecto.
La experiencia del Comité “La Esperanza” demuestra que la economía circular no solo es una herramienta ambiental, sino también una oportunidad económica para el pequeño productor paraguayo. Gracias al acompañamiento técnico y financiero del programa “MiPyME Compite”, los miembros del comité lograron cerrar el ciclo productivo, reduciendo desperdicios, mejorando los suelos y generando una nueva fuente de ingresos mediante la venta de humus.
Este caso es un ejemplo concreto de cómo la articulación entre el sector público, la cooperación internacional y las organizaciones productivas puede impulsar un modelo de desarrollo sostenible que promueva la innovación, la rentabilidad y el cuidado del entorno, consolidando el compromiso del Paraguay con una producción más responsable y competitiva.