Dos años después del ataque terrorista de Hamas contra Israel el 7 de octubre de 2023, los civiles palestinos continúan pagando el precio más alto del conflicto. Miles de personas han sido desplazadas producto de la guerra, mientras los líderes del grupo islamista mantienen su obstinación y deliberan sobre aceptar una propuesta de alto al fuego.
“Estoy de acuerdo con el acuerdo, porque honestamente estamos oficialmente cansados, estamos exhaustos”, afirmó Khaled al-Ras, un palestino desplazado, en declaraciones recogidas por Reuters. Desde campamentos improvisados a la orilla de las carreteras, entre tiendas de lona y pertenencias rescatadas de los escombros, los palestinos aguardan una decisión que Hamas parece incapaz de tomar con prontitud. La propuesta, presentada esta semana por el presidente estadounidense Donald Trump desde Washington y respaldada por Israel y varios países árabes, podría poner fin a años de sufrimiento. Sin embargo, la dilación del grupo islamista prolonga la agonía de quienes, desde el inicio de la guerra, han sido utilizados como escudo humano por su propia dirigencia.
El conflicto deja en evidencia cómo la política de confrontación de Hamas prioriza su agenda ideológica por encima de la vida y el bienestar de la población civil palestina, condenando a miles de inocentes a vivir en condiciones extremas mientras el mundo observa la parálisis de sus líderes.