El gobierno japonés ha decidido cancelar el programa de intercambio cultural «JICA Africa Hometown» debido al rechazo ciudadano, que lo percibió como una vía para fomentar la inmigración africana al país.
Lanzado en agosto de 2025 durante la Conferencia Internacional de Tokio sobre el Desarrollo de África (TICAD), el programa tenía como objetivo vincular ciudades japonesas con países africanos para promover intercambios culturales y educativos. Sin embargo, surgieron especulaciones en redes sociales que interpretaron el término japonés «furusato» (que significa «ciudad natal») como una indicación de que se facilitaría la inmigración africana a Japón. Estas interpretaciones generaron desconfianza y rechazo entre la población japonesa.
Las protestas se materializaron en llamadas y correos electrónicos de rechazo dirigidos a las administraciones locales, que se vieron desbordadas por la presión. Ante este escenario, la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA), tras consultar con el Ministerio de Asuntos Exteriores y con los propios ayuntamientos afectados, decidió retirar por completo la iniciativa. El presidente de JICA, Tanaka Akihiko, explicó que, aunque se habían hecho esfuerzos para aclarar los malentendidos, la polémica afectaba ya al trabajo diario de los consistorios. A pesar de defender que el programa no promovía la inmigración, sino actividades benéficas y colaborativas, admitió que mantenerlo con ese nivel de rechazo era inviable. JICA aseguró que revisará futuras iniciativas de cooperación internacional para evitar generar sospechas entre la opinión pública.
Este incidente refleja la creciente preocupación en Japón por la inmigración y la percepción de que ciertos programas gubernamentales podrían estar facilitando la entrada de extranjeros al país. Aunque el gobierno japonés ha reiterado su compromiso con la cooperación internacional, la cancelación del programa destaca la influencia de la opinión pública en la formulación de políticas migratorias.
La cancelación del programa «JICA Africa Hometown» marca un precedente en la política migratoria de Japón, donde la resistencia a la inmigración sigue siendo un tema central en el debate público.