Francia atraviesa un nuevo capítulo de inestabilidad política tras la caída del segundo gobierno en apenas nueve meses. El Parlamento tumbó este lunes al Ejecutivo durante un tenso debate consagrado a la deuda pública, lo que reavivó los llamados a celebrar nuevas elecciones legislativas e incluso a la dimisión del presidente Emmanuel Macron.
La moción de censura fue aprobada con 364 votos en contra del gobierno, en un frente común que unió tanto a la oposición de izquierdas como a la de derechas, según informó la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet. El resultado refleja la creciente dificultad del oficialismo para sostener una mayoría en un escenario parlamentario fragmentado.
Desde el fallido adelanto electoral de 2024, Francia vive sumida en una crisis política marcada por la ausencia de mayorías estables en el Legislativo. Esta parálisis se produce en un contexto económico delicado, con una deuda pública que alcanza el 114% del Producto Interno Bruto (PIB), uno de los niveles más altos de la Unión Europea.
El nuevo revés golpea directamente al presidente Macron, quien enfrenta crecientes presiones tanto internas como externas. Mientras sectores opositores reclaman un adelanto electoral para devolver estabilidad institucional, otros advierten que la crisis podría desembocar en un escenario aún más incierto en el país galo.