La senadora Celeste Amarilla volvió a encender la polémica al declararse en contra de la elección directa de legisladores mediante listas desbloqueadas, proponiendo un retorno al pasado con las cuestionadas listas cerradas y bloqueadas, más conocidas como “listas sábanas”. Con un discurso paternalista, Amarilla llegó incluso a afirmar que “si el pueblo no sabe votar, hay que orientarle”, dejando en evidencia el profundo desprecio que siente hacia el ciudadano común, como si el voto popular necesitara de un tutor político que decida en su lugar.
Vale recordar que la propia Celeste Amarilla admitió haber pagado 200 mil dólares para ser incluida en una lista del PLRA que la catapultó a la Cámara de Diputados. Hoy, en un ejercicio de cinismo político, pretende reinstalar ese mismo sistema que garantizaba que solo los favorecidos por el dedo del caudillo o los que tenían recursos para comprar un lugar pudieran acceder al Congreso. ¿Acaso los ciudadanos a quienes ella descalifica como incapaces de votar incluyen también a quienes la llevaron al Senado, o solo a los que no la eligieron?
El planteamiento de Amarilla no solo constituye un retroceso en términos de transparencia y participación ciudadana, sino que también expone el temor de una clase política acostumbrada a repartirse el poder a espaldas del pueblo. Las listas desbloqueadas fueron una conquista democrática que permitió abrir el juego, dar voz a los votantes y quebrar el monopolio de las cúpulas partidarias. Pretender volver al esquema cerrado no es más que una maniobra para proteger privilegios y blindar a quienes, como la propia senadora, llegaron a sus cargos bajo métodos poco democráticos.
El pueblo paraguayo no necesita ser “orientado” por políticos que desprecian su capacidad de decisión. Necesita, en cambio, representantes que confíen en su madurez cívica y estén dispuestos a rendir cuentas. La propuesta de Celeste Amarilla no solo atrasa, revela el verdadero miedo de quienes saben que, en un sistema abierto y transparente, la gente ya no votará por ellos.