Las tensiones en Yemen volvieron a escalar este domingo, cuando fuerzas hutíes irrumpieron en instalaciones de Naciones Unidas en las ciudades de Saná y Hudeida, donde procedieron a detener a por lo menos once empleados del organismo internacional y a confiscar bienes de la organización.
El enviado especial de la ONU para Yemen, Hans Grundberg, denunció con firmeza lo ocurrido. “Condeno enérgicamente la nueva ola de detenciones arbitrarias de personal de la ONU hoy en Saná y Hudeida… así como la entrada forzada en las instalaciones de la ONU y la incautación de bienes de la organización. Al menos 11 miembros del personal de la ONU fueron detenidos”, señaló, exigiendo la liberación “inmediata y sin condiciones” de los trabajadores.
El episodio constituye un nuevo golpe a la ya tensa relación entre los hutíes y el sistema humanitario internacional, que en los últimos dos años se ha deteriorado drásticamente, en medio de un conflicto que mantiene al país sumido en una de las peores crisis humanitarias del mundo.