Olimpia y Libertad se enfrentaron en el estadio Defensores del Chaco por la 8va. fecha del torneo clausura, terminando en un insípido empate 0-0 que expuso todas las miserias del Decano y la poca ambición del gumarelo.
Olimpia, ese club que presume de su historia gloriosa, ofreció un espectáculo patético, indigno de su camiseta. Desde el pitazo inicial, los franjeados parecieron un grupo de aficionados desorientados, sin ideas, sin alma y sin la mínima ambición de ganar.
El técnico de Olimpia, con su táctica obsoleta, alineó a un once que erró pases básicos y desperdició las pocas oportunidades que creó. Derlis González, supuesta estrella, fue un fantasma en el campo, perdiendo balones y fallando pases elementales.
La defensa, un colador disfrazado de muro, se salvó solo porque Libertad no apretó el acelerador. Los gumarelos, en cambio, dominaron el medio con solvencia, pero optaron por un conservadurismo que les bastó para neutralizar a un rival inofensivo.
¿Grandes momentos? Un par de llegadas de libertad en que Olimpia se salvó sobre la línea, y un cabezazo de Richard Ortiz que fue al travesaño casi finalizando la primera etapa.
El resto: bostezos colectivos. Olimpia mereció perder; el empate fue un regalo inmerecido. Con este rendimiento lamentable, el Decano se hunde en la mediocridad, lejos del título e inmerso en el ridículo. Libertad, al menos, sumó un punto pero también queda muy rezagado en la tabla.