El adelantado lanzamiento de la candidatura presidencial de Arnoldo Wiens comienza a generar tensiones internas en Fuerza Republicana (FR), el movimiento disidente dentro del Partido Colorado. La decisión de Wiens parece haber obligado a otros referentes a apurar sus definiciones, y en ese proceso, la posible fractura del espacio ya dejó ver sus primeras fisuras.
La aparición de Hugo Velázquez como otro aspirante a la Presidencia encendió las alarmas entre los líderes de FR. Las reacciones no se hicieron esperar: algunos piden diálogo y unidad, mientras que otros lanzan duras advertencias. Para muchos, un movimiento descoordinado y fragmentado solo beneficia al oficialismo.
El diputado Roberto González reconoció el derecho de Velázquez a postularse, pero fue claro al advertir que “más temprano que tarde deberá sentarse a conversar con Wiens”. El mensaje fue directo: o se suman a un consenso o corren el riesgo de profundizar la dispersión en el bloque disidente.
Más duro fue el diputado Daniel Centurión, quien, si bien descartó que la postulación divida automáticamente a la disidencia colorada, dejó un mensaje contundente: “Si no se suma a la disidencia y continúa de forma independiente, es un caballo de Troya del cartismo”.
El futuro inmediato de Fuerza Republicana dependerá, sin dudas, de la capacidad de sus dirigentes para alinear ambiciones personales con una estrategia común. De lo contrario, el intento por disputar el poder desde fuera del cartismo podría convertirse en un esfuerzo estéril.