El agente fiscal de Filadelfia, Lucrecio Cabrera, se encuentra nuevamente en el centro de la polémica, esta vez por una insólita y preocupante decisión: liberar a dos ciudadanos procedentes de China continental que ingresaron ilegalmente al país, sin siquiera comunicar el hecho a la Dirección Nacional de Migraciones.
Los extranjeros, identificados como Jinxing Zhuang (35) y Yan Xiwu (48), habrían eludido los controles migratorios ingresando desde Bolivia. Pese a carecer de documentos que acrediten su ingreso legal a territorio paraguayo, el fiscal Cabrera dispuso su inmediata libertad.
Lo más grave del caso es que, además de obviar el procedimiento mínimo exigido por ley, Cabrera evitó comunicar la situación a la Dirección Nacional de Migraciones, la autoridad competente para disponer la retención y expulsión de personas en situación irregular. ¿Ignorancia de la ley o desinterés por cumplirla?
Este tipo de actuaciones no solo generan sospechas sobre la conducta del fiscal, sino que además ponen en entredicho la seguridad y la soberanía del Estado paraguayo. ¿A quién responde un agente del Ministerio Público que omite su deber de proteger las fronteras legales del país? ¿Cuántos otros casos similares han pasado desapercibidos?
Mientras la ciudadanía exige orden y transparencia, decisiones como estas siembran dudas, alimentan la impunidad y erosionan aún más la ya debilitada credibilidad del sistema de justicia. El caso de Cabrera exige respuestas, pero, sobre todo, consecuencias. El Ministerio Público no puede ser guarida de fiscales que convierten la ley en papel mojado.