Las instalaciones marítimas que China construyó en el último tiempo en aguas del mar Amarillo detonaron tensiones entre el gigante asiático y Corea del Sur. El conflicto parte de una división territorial poco clara que llevó incluso a enfrentamientos entre unidades de defensa en la zona.
Al respecto, en febrero pasado autoridades chinas y surcoreanas tuvieron un encontronazo en una estructura de acero que China montó dentro de la Zona Marítima Provisional. En esa área, que está bajo disputa diplomática, no estarían permitidas las incursiones por parte de ningún país limítrofe según acuerdos internacionales.
El statu quo en la zona fue establecido en el 2000 mediante un entendimiento entre China y Corea del Sur. Ese acuerdo implicaba que ambos países podían gestionar en conjunto la explotación de los recursos económicos y practicar navegación, aunque no estarían contempladas las construcciones o montajes de bases en el lugar.
Precisamente esto último alertó a las autoridades de Corea del Sur, que enviaron a las plataformas a una unidad investigadora que fue interceptada por autoridades chinas. Ese suceso alarmó a los surcoreanos, que comprenden maniobras expansionistas de China sobre el mar Amarillo.
Mientras tanto, Beijing aseguró que las estructuras están destinadas a la explotación de la fauna marítima del lugar, actividad comprendida por el tratado. Sin embargo, las autoridades surcoreanas sospechan de una posible explotación petrolera en la zona.