El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, aseguró este domingo que su país sigue comprometido con la vía diplomática para disuadir a Irán de continuar con el desarrollo de armas nucleares, pero advirtió que Washington no descarta una intervención militar si las conversaciones fracasan.
“Esperamos no tener que recurrir a una acción militar, pero si es necesario, lo haremos para impedir que Irán tenga la bomba nuclear”, afirmó Hegseth ante medios internacionales, marcando una línea roja clara respecto al programa atómico de la República Islámica.
Las declaraciones se dan en el marco de un nuevo intento de diálogo entre Teherán y potencias occidentales, en medio de crecientes tensiones en Medio Oriente y de renovadas sospechas sobre la aceleración del programa nuclear iraní.
Según fuentes del Pentágono, las fuerzas armadas estadounidenses ya se encuentran en estado de preparación, lo que incluye ejercicios conjuntos con aliados en la región y el refuerzo de presencia naval en puntos estratégicos.
El Gobierno de EE.UU. reiteró que sigue abierto a una solución diplomática y verificable, pero que no permitirá bajo ninguna circunstancia que el régimen iraní se convierta en una potencia nuclear.
Esta postura refleja la continuidad de una política de Estado que, más allá de las administraciones de turno, considera la proliferación nuclear en Irán como una amenaza directa a la seguridad internacional y a la estabilidad regional.