El primer ministro húngaro, Viktor Orban, reafirmó su compromiso con la defensa de la soberanía de Hungría y lanzó una contundente advertencia contra aquellos que buscan desestabilizar su gobierno. En un discurso ante miles de seguidores reunidos frente al Museo Nacional en Budapest, en el marco de la fiesta nacional, el líder húngaro denunció el papel de las ONG financiadas desde el extranjero, a las que señaló por operar con fondos “corruptos” para socavar la voluntad del pueblo.
Orban no se quedó solo en la denuncia, sino que también expresó su determinación de desmantelar la maquinaria financiera que utiliza dólares sucios para comprar políticos, jueces, periodistas y falsas organizaciones civiles con el objetivo de debilitar a los gobiernos que defienden su identidad y valores nacionales.
En un contexto de creciente tensión con la Unión Europea, el líder de la derecha húngara endureció su discurso y dejó claro que no cederá ante las presiones externas. «El futuro pertenece ahora a los patriotas y a las naciones independientes, y no al imperio de Bruselas», sentenció, en un claro desafío a las élites globalistas y los burócratas europeos que buscan imponer su agenda a los Estados soberanos.
Con su habitual claridad y firmeza, Orban volvió a posicionarse como uno de los principales referentes del conservadurismo europeo, defendiendo la primacía de las naciones frente a las injerencias extranjeras y el control ideológico de las instituciones supranacionales.