Las autoridades austriacas lograron frustrar un atentado terrorista en la capital, tras la detención de un adolescente de 14 años de origen turco que planeaba un ataque con cuchillos y explosivos en la estación de tren Westbahnhof de Viena. La rápida acción policial evitó lo que podría haber sido una tragedia de gran magnitud.
El Estado Islámico continúa utilizando las redes sociales como un campo de reclutamiento letal, captando a adolescentes vulnerables que pueden convertirse en los próximos ejecutores de atentados impredecibles. En el caso del menor detenido, las fuerzas de seguridad encontraron en su poder cuchillos de combate, entre ellos uno con una hoja de 16,5 centímetros, material propagandístico yihadista y bocetos manuscritos detallando ataques con machetes y explosivos contra civiles y fuerzas policiales en la concurrida estación de tren.
“La velocidad con la que se radicalizan estos jóvenes es aterradora”, advierten desde EUROPOL. “Estamos frente a un enemigo invisible que podría golpear en cualquier rincón del continente”.
Las investigaciones en Viena siguen en marcha, con las autoridades analizando los dispositivos electrónicos del adolescente para determinar posibles conexiones con células terroristas activas. Mientras tanto, el temor crece entre la población y se refuerzan las medidas de seguridad en puntos estratégicos de la ciudad para prevenir futuras amenazas.